Jesús Lépez

 

Los amagos mediáticos de David Jiménez Rumbo

 

David Jiménez Rumbo parece ofertar información valiosa sobre los nexos de personajes del PRD, en particular de Acapulco, con el crimen organizado.

Evidentemente Jiménez Rumbo busca cobijo en el PRI ante la avalancha que se ve venir sobre quienes formaron parte del gobierno de Ángel Aguirre Rivero por las millonarias observaciones de la Auditoría Superior de la Federación.

A través de su vocero el senador Sofío Ramírez, Aguirre Rivero comunicó que él tiene responsabilidad política como ex gobernador pero arguyó que no manejó dinero y que no protegerá a nadie que haya cometido irregularidades.

De inmediato Jiménez Rumbo salió a decir que él tampoco tuvo acceso a recursos porque asegura infantilmente que Aguirre Rivero no lo quería por haberle ganado anteriormente la elección al cargo de senador, elección en la que dijo contar con algunos recursos porque acababa de salir René Juárez como gobernador, dando a entender que fue apoyado por el priísta.

Además de que el periodo auditado a la Secretaría de Desarrollo Social corresponde a Beatriz Mojica Morga —quien se ha mantenido en conveniente silencio sin dar la cara— y no al suyo.

Luego se fue al tema de la seguridad y aseguró que en Acapulco todo mundo conoce a quiénes tienen aterrorizada a la ciudad y que la clase política convive con estas personas a las que no puso nombre y apellido, pero que evidentemente conoce, al afirmar todo mundo sabe quiénes son.

En Acapulco gobierna su correligionario Evodio Velázquez Aguirre, subordinado político precisamente de Beatriz Mojica Morga.

También habló de que el gobernador Héctor Astudillo es su amigo y que luego explicará por qué sale con camisa roja —como la utilizada en algunas campañas del PRI— en algunos de los anuncios espectaculares que ha puesto por todo el puerto guerrerense con pretexto de su Informe de Labores como diputado por Michoacán, con la leyenda “Duro por Acapulco”.

Hace un par de semanas se dejó ver en el informe de labores de la diputada Julieta Fernández Márquez, esposa de Manuel Añorve Baños, de tal suerte que con sus declaraciones de ayer domingo Jiménez Rumbo habría completado ante los medios la estratagema de vender la idea de que ya logró el visto bueno del triunvirato priista Astudillo-Juárez-Añorve y sembrar la intriga de que podría abandonar el PRD e incorporarse al PRI.

Pero además deja la duda sobre si, para salvar su pellejo, entregaría información respecto a quienes son aquellos aterrorizadores que según él todos conocen y quienes de la clase política que señala son quienes conviven con ellos.

Lo correcto sería que esa información la presentara como denuncia formal ante las autoridades correspondientes, como debe hacerlo un diputado federal que juró cumplir y hacer cumplir las leyes, de lo contrario jamás dejará de ser cómplice así se vista de blanco, de amarillo o de rojo.

No dudo que algo de verdad haya en sus señalamientos, pero ¿por qué no los formaliza?