* Efecto Graco
* Alfredo Castillo y su casita de muñecas
Isaías Alanís
Algo de historia
En Morelos, a mediados de los setentas, surgió un movimiento social inédito; las estructuras del PRI, se levantaron contra las designaciones del Comité Ejecutivo Nacional. Armando León Bejarano, estuvo a punto de no gobernar Morelos.
Las designaciones hechas a la antigüita entre los sectores del tricolor, calibraron mal a la gente. De los entonces 32 municipios y la creación por esos días del Municipio de Temoac, el setenta por ciento no estaba de acuerdo con los hombres elegidos por el dedo índice del partidazo, (no había mujeres, no existían para los priistas). Esta mala elección de candidatos a alcaldes, síndicos y regidores, engalló al pueblo de Morelos. Hubo un levantamiento, una desobediencia a los métodos que todavía imperan en el tricolor. Se aglutinó un movimiento eminentemente campesino. Los entonces jóvenes de Huitzilac, Tlayacapan, Tlaltizapán y Jiutepec, integrado por mujeres y hombres, le dieron rumbo a este movimiento de resistencia ante los embutes del tricolor. Se clausuraron casi todas las presidencias municipales y la plaza de Cuernavaca fue tomada por miles de hombres y mujeres de Morelos. El tricolor tuvo que recular y sacar a presidentes, síndicos y regidores impuestos y se colocó en su lugar a los elegidos en asamblea popular en cada cabecera municipal.
Este fue un duro golpe al omnímodo PRI. Recuerdo como con la plaza hasta el tope de sombrerudos, el ya gobernador Armando León Bejarano, salió al balcón del palacio a saludar a la gente. Nadie lo pelo. Salimos los jóvenes del comité amplio morelense, y aplausos y gritería se dejó escuchar en todo el centro de Cuernavaca. León Bejarano se puso rojo de coraje.
Ese movimiento abrió las puertas a una reflexión que el PRI de entonces no hizo. Inmediatamente trató de cooptar a los dirigentes. Otros fueron desaparecidos o asesinados.
Décadas más tarde, la experiencia volvió a brotar con Jorge Carrillo Olea. Y el general, dejó el cargo con espíritu espartano, en un México y Morelos que ya eran otros.
En este convulso 2016, la mecánica social vuelve a salir a las calles. Pero esta vez, ya no convocados por campesinos, como en los setentas. Ahora diversos segmentos de la población se aglutinaron en el Frente Amplio Morelense cuyo centro telúrico es la Universidad Autónoma de Morelos, que en su momento les abrió las aulas y auditorios a la diversidad de movimientos que hay en Morelos para que realizaran foros de reflexión. Esto molestó al gobierno. Y a partir de entonces se instrumentó una cacería despiadada contra la universidad y la inteligencia de Morelos al acusar desvíos de recursos del programa de Solidaridad, con la máxima casa de estudios. Las auditorías se han celebrado sin encontrar los desvíos que los enemigos del rector Vera han atizado en todos los medios. ¿Por qué no le preguntan a Rosario Robles que hizo con esos millones de pesos?
Pero no solo eso, Graco dejó que la parafina derritiera el delgado hilo que lo unía a sus electores previamente amartillados en lo que fue una elección de estado, en donde el PAN de Marco Adame, financió parte de la campaña. Es extraño, muy raro que un gobierno presumiblemente de izquierda haya aceptado las condiciones del Opus Dei. Y que hoy la iglesia esté en su contra por permitirse las bodas entre seres del mismo sexo.
Lo cierto es que priva en Morelos es: violencia, ingobernabilidad, fosas, delitos a todas horas del día, secuestros y corrupción; esta dinámica asemilló el levantamiento social: la resistencia civil pacífica.
Es aun más extraño, que gobernadores como los Duarte de Chihuahua y Veracruz, Borge de Quintana Roo, Moreno Valle, de Puebla, que aspira a quedarse con una secretaría, y los otros que de la noche a la mañana se han convertido en millonarios y son acusados de enriquecimiento ilícito, anden como Sancho por su casa. El presidente EPN recientemente declaró: “Si tienen delitos que perseguir, que sean castigados de acuerdo a la ley”. ¿Esta declaración alcanza a Zeferino Torreblanca Galindo, ex gobernador de Guerrero por los señalamientos que hacen en su contra por la muerte del Presidente del Congreso de Guerrero, Armando Chavarría Barrera, y a Rubén Moreira por los 300 muertos de Allende y los fraudes al erario de Coahuila?
A Graco le cayó la de perder. Como escribió en su cuenta de FB Cesar Ortiz Triana, “que se vaya pero que regrese todo lo que se robó.”.
Mientras los “otros ex y gobernadores” andan libres, Graco enfrenta la soledad en que lo ha dejado el PRD que trató de persuadirlo.
Y la “Foca” como le dicen, se peleó con el pueblo, la iglesia, empresarios y con la inteligencia asentada en la UAEM. Y el muy creído, no se ha dado cuenta que hoy las redes sociales, las graficas sobre actos de corrupción son del orden público.
Las palabras del rector Alejandro Vera Jiménez pronunciadas el martes pasado no son solo del universitario, son las voces de miles de centenares de miles de morelenses que piden justicia y la salida de Graco y la creación de un gobierno de reconciliación y paz.
Tal parece que los diputados de Morelos se han ausentado o congraciados con el poder como el priista, Paco Moreno Merino, pirruris político que en su momento acusó a Graco de “pedófilo y borracho”, perdió la candidatura a senador por haber dicho: “No hay caballo fino que no tire a mula, ni mujer bonita que no llegue a ser meretriz”, este personaje misógino, el pasado domingo signó con otros diputados un documento para la defensa de Garrido Abreu. ¿Si esto no es absurdo, “ton’s qué” es?
El gobierno federal que está en una crisis interna de alto octanaje por la sucesión presidencial, si no se faja los pantalones, el efecto Graco se podría multiplicar a otros estados en una nación gobernada al alimón por la delincuencia y los políticos. La lucha fratricida entre Luis Videgaray y Osorio Chong, puede llevar al país a un abismo sucesorio de terror y a un estado de repulsa nacional por la clase política.
Graco por sanidad republicana debe salir de Morelos, si el presidente EPN, lo mantiene por así convenir a intereses sucesorios, se está haciendo un mal personal. En un paneo hacia el 2018, Garrido Abreu es considerado uno de los francotiradores que utilizaría el sistema contra AMLO. Ahora, si se le hace juicio político, ya no va a poder aspirar a ser el arquero real. Mucho menos codiciar una senaduría para mantenerse con fuero. Si sale; ¿saldrá por la puerta de atrás o mediante una jugada maestra del gobierno federal?
Los pocos perredistas de corazón amarillo que aún quedan deben de pugnar porque se le haga justicia al pueblo de Morelos y congraciarse con un movimiento horizontal, popular e imparable como lo demostraron las tres manifestaciones del martes en Cuernavaca, Jojutla y Cuautla, sin oportunismos o caudillismos de parafina, mitrados de la ultra o transportistas que ven en peligro sus intereses, y unirse a la causa como ya lo hizo MORENA.
Quién sabe si Alejandra Barrales, presidenta del PRD, quiera que en el consejo perredista de gobernadores por la candidatura presidencial de Miguel Ángel Mancera, se anime a sentar a Graco en su mesa proselitista. Si realmente existe una refundación del PRD con Alejandra y la guerrerense Beatriz Mojica, mujer cerebral y de una sola pieza, ¿el nuevo PRD que impulsan, lograría que el partido se desmarque de Garrido Abreu en tiempo y forma?
De reojo
El medallero nacional, se ha colmado de gloria con las fotos de Alfredo Castillo besándose con su novia en las sedes de la olimpiada brasileña. Y la protesta de los atletas porque no tuvieron médicos, uniformes, atención como atletas de alto rendimiento. El efecto Paulette sigue manteniendo viva la llama olímpica de corrupción al interior de la Conade. Alfredo Castillo, que salió de la Procuraduría del Estado de México por la muerte de Paulette, que pactó con una ala de la delincuencia en Michoacán, y lo dejó hundido en la violencia cuando fue Comisionado del Gobierno federal, y que encarceló al Dr. Mireles; por quién sabe qué desgracia, cayó al deporte mexicano, que en vez de aprender de los deportistas que compiten en un medio plagado de corrupción, hizo todo lo contrario, llenar de amigos con esposas, guachomas y toda la cosa al deporte mexicano que gracias al esfuerzo de atletas que tienen que pagar sus pasajes, que comen “nopalitos con pulque”, como aquel ganador de una medalla de plata en caminata, José “Sargento” Pedraza. Mientras Alfredo Castillo se la pasa tan campante en Brasil y de regreso todavía le cuelguen una medalla a su desempeño como creador de una unidad de empleos familiares y de cuates, y haber convertido a la Conade en su “casita de muñecas” en cuya cunita se mece el espíritu de una niña asesinada y que durante días la Procuraduría mexiquense a su cargo trató de ocultar. ¿Podrá Alfredo Castillo ocultar la corrupción imperante en la Conade, y su bajo rendimiento como responsable del deporte mexicano?
Aquí Chilpancingo
Urge, un alto a la violencia. ¡Ya!