Antigua calle de Rea

 

Por  Chanssonier

 

Hasta antes de 1910 la avenida que ahora conocemos como Guerrero, llevó el nombre del general Joaquín Rea, un soldado realista quien fue hecho prisionero por el general insurgente Nicolás Bravo Rueda, enseguida de derrotar al coronel Virreinal Regules en la batalla del Puente del Rey, en el hoy estado de Veracruz, ocurrida en 1812.

Bravo que había establecido su cuartel en el pueblo de Medellín, recibió instrucciones del cura don José María Morelos y Pavón, que podía disponer de la vida de sus 300 prisioneros, a los cuales podían fusilar, en represaría por la muerte de su señor padre don Leonardo Bravo de la Cámara, el cual había sido ajusticiado a garrote vil en la ciudad de México.

El joven Nicolás después de haber leído la comunicación, que le había sido enviada por el jefe de la insurgencia, tomó una histórica decisión. Al amanecer hizo formar a los desdichados, para notificarles podía pasarlos por las armas, sin embargo a todos les concedió la libertad; acciones como esa son poco comunes por lo cual algunos realistas, se unieron a la causa de la independencia, entre otros Joaquín Rea quien años más adelante contaría matrimonio con una hermana de don Nicolás.

Lograda la libertad el ya entonces coronel Rea, fue designado por el presidente de la república, general Guadalupe Victoria, jefe militar en la región de la Costa Chica, ratificándolo en el cargo el presidente general Vicente Guerrero.

Por desgracia se carece de información sobre la fecha de la muerte de Rea, conociéndose por tradición oral, se le sepultó en el atrio de la iglesia de la Asunción, porque era costumbre enterrar a los muertos en lugar sagrado.

 

Los afamados Chilolos

 

Hace muchos años desapareció una ruta de camiones de pasaje, la cual cubría de Chilpancingo a Acapulco y pueblas localizados en ese tramo carretero. La gente conocía esa línea con el nombre de “Los Chilolos”, siendo su principal accionista el señor Abacuc Gutiérrez Morales.

La ventaja de este medio de transporte, es que aparte de los pasajeros también podían introducirse aves de corral, así como chivos, conejos y otros animales menores. Los “Chilolos” paraban en todos los poblados, subiendo y bajando pasaje, así como animales que transportaban. El pasaje entre Chilpancingo y Acapulco costaba 8 pesos; si se quería viajar de aquí a la cuadrilla de Petaquillas, debería desembolsar la cantidad de 25 centavos.

En esta ciudad sus oficinas estaban establecidas en la calle Hidalgo, casi en esquina con Abasolo; hasta ese lugar llegaban los alijadores (cargadores), llevando lo que debería ser transportado; si eran borregos, había lugar específico en donde atarlos, para más adelante viajar al destino de sus propietarios.

Por más de 30 años esta línea de transporte, prestó un buen servicio para cerrar sus actividades para siempre cuando instaló sus oficinas a la calle Morelos, muy cerca del jardín “Cuéllar”. La concesión de esta ruta trató de comprársela la línea “Fecha Roja”, a lo cual siempre se negó, prefiriendo devolverla a la entonces Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas.

El señor Gutiérrez Morales falleció hace muchos años, dejando como recuerdo haber sido un hombre laborioso y progresista.