Nace reconocido pediatra

 

Por Chanssonier

 

Sin lugar a dudas uno de los médicos pediatras, más reconocidos fue Alfonso G. Alarcón Martínez, quien nació en este lugar el 25 de junio de 1884, habiendo fallecido en la ciudad de México cuando era senador de la república por esta entidad.

La carrera de medicina la cursó en el Colegio del Estado de Puebla, de la cual se separó brevemente para participar en la revolución, siendo partidario de don Francisco I. Madero; al poco de su cobarde asesinato cubriendo el cargo de diputado federal, el usurpador del poder general Victoriano Huerta Márquez, disolvió la cámara de diputados, dando muerte a algunos de ellos, en tanto otros como Alarcón fueron encarcelados saliendo meses adelante.

A partir de entonces se dedicó totalmente al ejercicio de su profesión, en donde se hizo acreedor a la Medalla Olímpica de Bélgica, galardón solamente superado por el premio Nobel de medicina. Su libro El Cuidado del Niño trata de la manera que deben ser tratados los lactantes, habiéndolo editado varios países por la calidad de su contenido.

En 1952 siendo una destacada figura en el campo médico, fue electo senador de la república, cargo que desempeñó hasta 1954 cuando la muerte lo sorprendió, entrando en funciones quien era su suplente, señor Alfonso L. Nava, para perpetuar el nombre de este destacado elemento de la ciencia médica, en diversos lugares de la entidad existen centros escolares que llevan su nombre, entre otros uno en la población de Zumpango del Río, de donde era originaria su señora madre.

 

Real de minas de Taxco

 

Antes de la llegada de los españoles a estas tierras, a las que le dieron el nombre de Nueva España, por ser muy parecidas a donde nació el conquistador Francisco Hernández de Córdoba, los nativos aunque en pequeñas cantidades, extraían plata de sus entrañas; conocido lo anterior el emperador Moctezuma ordenó la localización de yacimientos, aunque no le rindieron los frutos esperados.

Fue hasta el 17 de octubre de 1529, cuando los capitanes españoles Rodrigo de Castañeda y Miguel Díaz Aux, descubrieron yacimientos de planta, fundándose enseguida la población novo-hispana de Taxco, en donde años después nacería el dramaturgo Juan Ruiz de Mendoza, príncipe de las letras españolas, en cuyo honor a la población se le agregó su apellido.

Si por el día la ciudad es hermosa, con sus casas de tejas, con un empedrado culebreado, por las noches el alumbrado eléctrico la asemeja con un nido de luciérnagas. Su iglesia principal dedicada a Santa Prisca, es una de las más hermosas de México teniendo un acabado churreugerezco, habiendo costeado totalmente su edificación el rico minero José de la Borda, que de tal manera agradeció los bienes del cielo.

La celebración de la Semana Santa es esplendorosa, participando vecinos de la población. La belleza arquitectónica de Taxco la ha convertido en un lugar magnífico para vacacionar.

Para Guerrero esta argentífera ciudad, se ha convertido en su corona.