Temas Cotidianos

 

Por Félix J. López Romero

 

 

Es cínico o ingenuo

 

Como es bien sabido en el curso de la pasada semana, maestros afiliados a la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), incendiaron y causaron perjuicios en oficinas de la secretaría de Educación en Guerrero, protestando de tan salvaje manera al rechazo de aceptar la reforma educativa, impulsada por el  gobierno federal.

Cuestionado por la prensa por tan primitivo proceder, el dirigente cetegista Ramos Reyes Guerrero, expresó que la quema del inmueble pudo ser provocada por el propio gobierno, tratando de justificar el condenarle proceder rudo, mediante el cual pretenden echar abajo lo instrumentado por las autoridades educativas, que tienen como fin mejorar la enseñanza escolar.

Conociendo la forma de actuar de los cetegistas, no cabe duda fueron ellos quienes incendiaron la sede de la SEG, echándole la culpa de lo ocurrido a quienes fueron agredidos. Si los maestros fueran unos santos según lo advierte su líder, Reyes Ramos Guerrero, estarían en los altares; como son todo lo contrario, la fiscalía general del estado empezó a integrar las averiguaciones previas respectivas, para que paguen sus culpas quienes las tengan. Si en realidad la maquinaria de justicia se va a poner a caminar, van faltar celdas para encerrar a quienes tanto daño han causado, al patrimonio del gobierno y a la sociedad en general.

Aquí debe seguirse el ejemplo de Oaxaca, en donde los dos principales líderes cetegistas fueron aprehendidos, siendo encarcelados en dos penales de máxima seguridad de Sonora.

 

Un cabildo popular

 

Teniendo más cosas que realizar si en verdad se requiera, un municipio que cada vez tenga menso carencias, encaminándose por la ruta del progreso, se debe ayudar a las autoridades para su logro, en lugar de andar formando cabildos populares, que logren realizar quienes fueron elegidos, a quienes ahora cuestionan bajo el discutible argumento que hacen bien poco en beneficio de la comunidad.

Quienes pretenden llevar a la práctica lo anterior, son miembros de diversas organizaciones integrantes de un colectivo estatal, que tiene entre sus propósitos mejorar los servicios públicos que prestan las comunas.

En primer lugar para llevar a la práctica sus deseos, se debe de contar con dinero del que posible están carentes, ya que el causante paga sus impuestos a dependencias oficiales, no a quienes pretenden suplantarlas. Además se debe contar con personas conocedoras de la responsabilidad que tendrán.

Esto que se pretende realizar parece tiene destinatario, porque si se carece de lago se corre al ayuntamiento, para la solución de los problemas.

En lugar de andar integrando cabildos populares, que desde ahora se advierte su fracaso de intentar su establecimiento, en realidad lo que se pretende es hacerle la vida pesada al alcalde Marco Antonio Leyva Mea, quien se afana por realizar una administración, que abata en la medida de sus posibilidades, los diversos problemas que confronta.

 

Están, no los ven

 

Concluida la conquista de México por los españoles, éstos procedieron a introducir de África población negra, sobre todo de Guinea y Bantú; los desarraigados del primer lugar, trajeron consigo plantas de plátano las que por prevenir de aquella región, aquí se le conoce como guineo por su origen.

Por siglos la población negra que habita en los estados de Guerrero, Oaxaca y Veracruz, vivió prácticamente ignorada, siendo en los últimos años que ha mirado crecer su presencia.

En el mes de noviembre próximo, la población negra estatal que está asentada principalmente en el municipio de Cuajinicuilapa, se reunirá para conocer sus problemas y encontrarles solución, según manifestó Sergio Peñaloza Pérez, presidente de la organización México Negro, A.C., la que pretende se les reconozca con el término de afromestizos, o afrodescendientes, o negros simplemente sin cuestiones despectivas.

Por siglos la población negra ha vivido prácticamente en la marginación; a mediados de 1950 el doctor Gonzalo Aguirre Beltrán, fue el primero en dar a conocer como vivía, la población afromexicana, en un estupendo libro que denominó “Cuijla”; a partir de entonces ha salido de su apretado entorno, para participar modestamente en la vida estatal.

Es de esperarse que en la próxima reunión de noviembre, los pueblos negros guerrerenses logren su total incorporación al resto de la población, caracterizada por su diversa composición de razas.

 

Liberar la amapola

 

Aun no inician las Cámaras de la Unión, la discusión sobre la liberación de la marihuana, siempre y cuando su uso sea de orden medicinal, cuando en un foro convocado por el Congreso del Estado, sus participantes simpatizaron con legalizar también el cultivo de la amapola, porque disminuiría la violencia. Con su petición dieron a conocer que por este motivo, 56 personas  fueron asesinadas por el crimen organizado. De ser así tal estadística no ha sido dada a conocer por el gobierno.

En el curso de un foro denominado “La urgencia de Legislar sobre la amapola”, los participantes coincidieron en liberar esa droga, de la cual se obtiene del vulvo de la flor, siendo numerosos las personas que se dedican a esta actividad, porque su anterior quehacer de producir granos básicos para la alimentación poco les ofrece, en tanto el cultivo de las drogas ha cambiado su manera de vivir, a sabiendas que tan riesgosa actividad podría acabar con sus vidas.

Hace muchos años cuando era gobernador el general Rafael Catalán Calvo, gustaba mirar desde el balcón de su despacho, lo bonito que se veía el jardín “Bravo”, cuyos prados estaban mayormente sembrados de amapola, porque se desconocía podía obtenerse de ella goma de opio.

Hasta ahora liberar esa flor continúa siendo un delito; además quienes resultan altamente beneficiados, son los integrantes de los cárteles, dándoles a quienes la siembran una pequeña parte de las utilidades, en tanto los que manejan tan redituable negocio se llevan la taja del león.

Si el gobierno está por despenalizar el consumo de la marihuana, hasta ahora se mira imposible lo haga también con la amapola.