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La delincuencia está desatada; ataque no fue para Astudillo

 

Por Félix J. López Romero

 

Lo sucedido la noche del pasado sábado en Acapulco, en donde delincuentes balearon algunos negocios en la transitada costera Miguel Alemán, indica con claridad que los cuerpos de seguridad pública han sido rebasados en su desempeño, dejando el destino de sus pobladores y visitantes prácticamente desprotegidos, de pandilleros que prácticamente se han adueñado del lugar.

El pasado sábado mientras el gobernador electo, Héctor Astudillo Flores, cenaba con su familia y colaboradores, los maleantes balearon algunos negocios, en donde un hombre murió de un infarto y hubo dos lesionados; todos se llevaron un buen susto.

Enseguida de este lamentable suceso, el futuro mandatario descartó que el ataque haya sido en su contra, admitiendo haber sufrido de manera directa lo que muchos guerrerenses han padecido, agregando que hará lo que esté a su alcance, para que mejoren las condiciones de seguridad pública en toda la entidad.

Lo ocurrido debe conllevar, a quien en unos días dirigirá el destino a estatal, a tomar todas las medidas pertinentes, para tener un estado seguro, en donde las familias puedan transitar por las calles, sin el peligro que ahora representa hacerlo. Si bien el ataque de los pandilleros no fue dirigido a su persona, debe tomar las medidas necesarias no solo para salvaguardar su integridad física, si no de la población en general.

Astudillo Flores debe de cuidar su seguridad, no solo por ser quien es si no lo que será en breve, el cual cargará sobre su espalda el destino de la entidad, por lo que se le debe de proteger por el cargo que en cuestión de días asumirá.