* Sicarios permanecen ocultos entre los cerros esperando atacar, aseguran pobladores, quienes aceptaron que su principal actividad es la siembra de Amapola, aunque —dijeron— no les importa si las autoridades queman sus sembradíos a cambio de que les garanticen seguridad

 

* A raíz del ataque perpetrado el pasado miércoles, decenas de maestros, doctores y enfermeras huyeron de las comunidades, dejando sin servicios médicos y educativos a cientos de personas

 

ALONDRA GARCÍA

 

LEONARDO BRAVO.— Persiste el miedo en los pueblos de Filo Mayor ante la irrupción de un grupo armado que merodea en los cerros cercanos.

El pasado miércoles 14 de octubre, un grupo de hombres armados con rifles de alto poder atacó a balazos la comunidad de Puentecillas; no hubo muertos ni heridos, pero tras la llegada del Ejército, los pistoleros huyeron hacia los cerros cercanos, donde aún permanecen escondidos.

Desde ese día los maestros, doctores y enfermeras huyeron de las comunidades, dejando sin servicios médicos y educativos a cientos de personas.

Los pobladores de la sierra de Filo Mayor reconocen la siembra de amapola como su principal actividad productiva, pero están dispuestos a que el Ejército destruya sus plantíos con tal de que garanticen la seguridad.

Este viernes, los habitantes convocaron a una asamblea en la comunidad de Campo de Aviación con autoridades de los tres niveles de gobierno para atender el tema de la violencia.

Sin embargo, ni el secretario de Seguridad Pública del estado, Pedro Almazán Cervantes, ni el comandante de la 35 zona militar con sede en Chilpancingo, Raúl Gámez Segovia, acudieron al llamado.

El único funcionario que asistió fue el presidente municipal de Leonardo Bravo, Alfredo Alarcón Ramírez.

El alcalde dijo que esa misma mañana se había reunido con el comandante Gámez Segovia, quien comprometió la presencia del Ejército por tiempo indefinido en la sierra de Filo Mayor.

“Ya hay garantías de seguridad”, afirmó el alcalde en varias ocasiones durante la reunión.

Dicha afirmación enfureció a los pobladores, quienes tomaron el control del micrófono y narraron los hechos de violencia que se viven en la zona.

“Yo no me retiro a mi comunidad a dormir a gusto nada más porque usted dice que hay seguridad, ¡no señor!, ¡esos hombres en cualquier momento se meten por el monte y nos acaban en segundos!, ¡eso no es seguridad!”, le gritó una madre de familia.

La mujer incluso amenazó al alcalde con retenerlo en la comunidad, para que ayudara en los filtros de vigilancia que se colocan por la noche.

“Si usted no está pendiente aquí, nosotros vamos a bajar por usted y lo vamos a traer, porque usted es el responsable de la seguridad”, le advirtió.

Entre gritos y rechiflas, los pobladores apoyaron la propuesta de retener al alcalde, pero después fue desechada porque consideraron que no sería de mucha utilidad.

Posteriormente, un hombre tomó el micrófono y criticó que los militares únicamente recorren la carretera, sin adentrarse en zonas despobladas en que suelen esconderse los grupos armados.

El hombre reconoció que al adentrarse en los cerros, los militares encontrarán y destruirán los campos de amapola, actividad a la que se dedican casi la totalidad de los pobladores.

“Sí, sabemos que sembramos enervantes, pero si los militares los destruyen pues es su trabajo, nunca nos vamos a oponer. Lo que realmente queremos es seguridad, ¿de qué sirve el dinero si está la pinche violencia, si aquí están los hombres armados?”, expresó.

El hombre se dirigió al alcalde y reconoció que sentía miedo al decir tales afirmaciones al micrófono: “Aquí están las pinches broncas gruesas, pero tengo que velar por la seguridad de mis hijas y de mi esposa”, comentó.

El ex comisario de Los Morros y actual coordinador de la Unión de Comisarios por la Paz, Seguridad y Desarrollo de la Sierra de Guerrero, Ismael Cástulo Guzmán, recodó que en años anteriores los habitantes de Filo Mayor iniciaron un movimiento de autodefensa, ante los ataques armados de los grupos de delincuencia organizada que llegaban a la zona para apoderarse de la amapola.

Esta autodefensa se adhirió al esquema de Policía Estatal Rural (PER) y en los dos años que lleva de operaciones no se habían registrado nuevos enfrentamientos armados, hasta el ocurrido esta semana.

Cástulo Guzmán advirtió que si el Ejército “no acciona” para detener al grupo delictivo que se adentró en la zona, los pobladores se van a levantar en armas para ayudar a sus policías rurales.

“La ciudadanía ya está cansada y ese grupo armado es de alguien que viene a perjudicar la ruta. No hemos tomado las armas, pero la gente se tiene que defender y tiene que defender a sus policías rurales. Aquí al frente están los policías rurales y detrás está toda la gente que nos conformamos como autodefensa… y vamos a accionar”, sentenció.

Los pobladores de Filo Mayor le pidieron al alcalde de Leonardo Bravo que los ayude a gestionar una audiencia con el presidente Enrique Peña Nieto, para que conozca la problemática de violencia e inseguridad que persiste en la zona.

El alcalde se comprometió a hacer lo que esté en sus manos para ayudar a garantizar la seguridad de los pueblos de la sierra.

De primer momento, dijo que apoyaría con despensas y dinero para alimentar a los policías rurales y a las personas que participan en los retenes que se instalan por las noches para impedir el ingreso del grupo armado que merodea en los cerros.

El lunes 19 de octubre, los comisarios y el alcalde de Leonardo Bravo se reunirán en Chilpancingo con los secretarios de Salud y Educación, para negociar el regreso de los doctores, enfermeras y maestros que huyeron de los pueblos a causa de la violencia.

El Ejército permanecerá permanentemente en Filo Mayor, para evitar el reingreso del grupo delictivo y tratar de garantizar la seguridad en esta zona amapolera.