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Por Félix J. López Romero

 

Entidad de vocación minera debe reactivar su explotación

 

En Acapulco se llevó a cabo la 31 Convención Nacional Minera, la que tuvo como fin específico alentar las inversiones en este ramo, en el que históricamente Guerrero ha tenido una amplia participación, siendo extraño que la federación lo haya dejado al margen de los recursos del fondo minero, los que tienen como único fin impulsar esta tarea, la que de manera específica beneficiará solamente a seis entidades, que serán las que tengan una atención prioritaria.

Desde antes de la conquista de México, el imperio azteca ya beneficiaba el oro y la plata, metales que extraía de los yacimientos de Taxco, que en la etapa virreinal al igual que Zacatecas fueron explotados, dejando enormes riquezas para la corona española, así como quienes eran sus propietarios. En Taxco el señor José de la Borda obtuvo una incalculable riqueza; agradecido a Dios de sus bondades, de su peculio costeó la construcción de la iglesia de Santa Prisca, joya del arte barroco mexicano.

Ante la riqueza que está bajo los pies de pueblos indígenas, resulta incomprensible se nieguen de manera rotunda a su explotación; de hacerlo accederían al logro de una buena economía, ahora lejos de su alcance por culpa de líderes, quienes en lugar de alentarlos para extraer el metal de la tierra, son los más renuentes se lleve a cabo.

Actualmente la minería en esta entidad, está focalizada en una parte de su territorio; en Carrizalillo, municipio de Eduardo Neri (Zumpango del Río), actualmente están en explotación minas de oro, en tanto en Taxco están paralizadas las de plata por cuestiones laborales. Si el gobierno federal se decidiera a poner en funcionamiento yacimientos ya localizados, dejaría de ser una entidad de grandes rezagos, como por desgracia ocurre en la actualidad, en donde la pobreza es su característica.