David Martínez Téllez

Para el espectador común existen dos películas realizadas durante el 2022 porque son consideradas por la crítica internacional como las mejores.

En realidad son 15: El poderoso victoria (2022), de Raúl RamónLa colonial (2022), de David Buitrón Fernández. Al son de Beno (2022), de Ilán Lieberman. El norte sobre el vacío (2022), de Alejandra Márquez Abella. Un lugar llamado música (2022), de Enrique M. RizoDías borrosos (2022), de Marie Benito.  La caída (2022), de Lucía PuenzoTeorema de tiempo (2022), de Andrés KaiserZapatos rojos (2022), de Carlos Eichelmann KaiserA plena luz: El caso Narvarte (2022), de Alberto Arnaut.  Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades (2022), de Alejandro González Iñárritu.  Home is somewhere else (2022), de Carlos Hagerman y Jorge VillalobosHuesera (2022), de Michelle Garza. Y, por último Pinocho de Guillermo del Toro.

Aunque los apellidos se escriben con sonido de otros países en realidad son cineastas mexicanos.

La máxima referencia de la producción del celuloido mexicano es la conocida época de oro del cine mexicano en la década de los 40 del siglo pasado donde llegaron a filmarse 200 películas al año.

Las 15 aquí enlistadas es una muestra de lo exigüo de nuevos cradores de nuestras fantasías o de que el gobierno ha decidido no apoyar esta industria. 

A pesar de que ya tenemos a directores ganadores de Óscares (Iñarritú o del Toro), el gobierno mexicano, en su decisión de solo invertir a 4 proyectos, ha dejado en la orfandad a quienes ven a un México diferente o lo muestran de otra forma.

La otra manera de observar la ausencia de sustento obedece a que esos dos ganadores disientan de las políticas del gobierno mexicano y las han expresado públicamente. El peso de sus declaraciones de esto reconocidos cineastas tienen un peso muy específico en todo el mundo.

Todas películas mexicanas ennumeradas han sido exhibidas en festivales nacionales y algunas con carácter internacional.

Evidentemente los directores más conocidos son quienes han ganado premios internacionales. Además cuentan con la promoción de sus empresas cinematográficas.

Bardo de González Iñárritu es una cinta considerada de autor. Nos cuenta desde su particular visión la historia de un periodista que vive la migración y la pérdida de identidad cultural mexicana. Se aborda la narración desde el surrealismo y a muchos les parece pretensiosa. 

Pinocho de Guilllermo del Toro es la historia ya conocida del muñeco de madera. La promoción nos indica que la reseña se realiza en Italia en la época de Benito Musolini con la intención de conocer cómo fue la nacionalsocialismo o una dictadura europea. En este episodio nunca encontré alguna relación, pero al tratar de contextualizarla desde la propaganda le añade un tinte atractivo para los pseudointelectuales.

Ya ha sido ganadora de menciones como una película de animación. Entiendo como animación por el uso de programa de ese estilo que hoy se manipulan en la computadora. En este sentido no me agrada esta cinta porque parece una animación de los primeros años de este género. Lo que me fascinó fue la historia de Del Toro a pesar de conocer en general la leyenda. Hay otros rasgos que son atractivos.

La recomendación es que no se deje llevar por comentarios que se escuchan en la propaganda para observar una película. El mejor juez es usted.