David Martínez Téllez

La Facultad de Estudios Superiores, Unidad Aragón, dependiente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) determinó que la actual ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) plagió su tesis de licenciatura.

¿Solo ella es responsable de esa acción? En este caso, no. También tiene responsabilidad su asesora de tesis Martha Rodríguez Ortiz porque es la misma persona que asesoró al tesista anterior de nombre Edgar Ulises Báez con un año de anticipación.

Al parecer la UNAM quitará la plaza a Rodríguez Ortiz, porque además de esta “investigación” de Esquivel, se han encontrado 4 tesis similares o copiadas donde actuó como asesora.

El asunto de corrupción intelectual es mayúsculo porque Rodríguez Ortiz es la encargada de impartir justicia en una institución donde es la última instancia. Si copió un trabajo de titulación es indicador de que es una presunta sicaria de la justicia. Es decir, que sus determinaciones no estarán apegadas a una reflexión, sino a quien le ofrezca un “regalo”.

Lo absurdo de la rectitud de la ministra se mostró durante este affaire de su trabajo de tesis.

Primero dijo que Ulises Báez  era quien le había copiado su trabajo de investigación. Luego justificó, a través de documento oficial certificado, que un juez sostenía que el plagio provenía de Báez. También se argumentó que la Fiscalía de la Ciudad de México había detectado que la ministra era la plagiada. Los tres dichos eran falsos. Esto es lo inaudito en una institución (SCJN) que se rige por reglas claras y muy específicas.

Lo que se puede encontrar en la SCJN es una interpretación de los casos, en donde la ciudadanía espera encontrar lógica en sus argumentaciones; pero jamás irregularidades en la presentación de pruebas.

La mejor razón de sus anomalías como profesional del Derecho lo ha ofrecido la FES Aragón de la UNAM. Es copia el trabajo de tesis de Yazmín Esquivel. Por lo tanto eso es corrupción y tendría, por dignidad, renunciar a su cargo en la SCJN.

Quien haga una defensa de la actual magistrada, solo hará el ridículo. Pero como dice el eslogan popular “para estar en política es necesario aprender a comer estiércol sin hace gestos”.