• Se trata de instalaciones que el Genaro García Luna pretendía que fueran un centro de combate contra grupos del narcotráfico y grupos subversivos que operan en Guerrero, las cuales lucen en total abandono

Jesús Saavedra

EL CARACOL.— Uno de los proyectos que impulsó Genaro García Luna —hoy sujeto a juicio por narcotráfico en Estados Unidos— a su paso por la extinta Procuraduría General de la República (PGR), fue la instalación de una base de operaciones aéreas para la lucha contra el narcotráfico y contra grupos subversivos en Guerrero, la cual permanece en el abandono y en franco deterioro.

Se trata de unas instalaciones que fueron construidas hace dos décadas entre este poblado El Caracol y la cortina de la presa ‘Ingeniero Carlos Ramírez Ulloa’, en el municipio de Apaxtla de Castrejón, en la zona Norte.

A finales de la década de 1970 se construyó esta presa hidroeléctrica, que en la actualidad es resguardada por elementos del Ejército porque es considerada una instalación estratégica, porque genera electricidad que surte principalmente al centro del país.

La presa se concluyó en 1986 e inicio operaciones a principios de 1990. Ahí se construyó una base de operaciones entre la cortina de la presa y esta comunidad de El Caracol, con una pista de aterrizaje y helipuerto para trasladar a personal que daba mantenimiento a esas instalaciones.

De acuerdo con información pública, esa base de operaciones fue dejada en el abandono en 1992, pero 18 años después fue retomada en un proyecto que promovió García Luna, quien ya había trabajado en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).

Con la llegada de Vicente Fox a la Presidencia de la República, en el 2000, se nombró al general Rafael Macedo de la Concha al frente de la Procuraduría General de la República (PGR), quien encomendó a Genaro García Luna la reestructuración de la extinta Policía Judicial Federal (PJF).

Un año después, en el marco del primer informe de gobierno de Vicente Fox, se publicaba el decreto de creación de la Agencia Federal de Investigación (AFI), proyecto que trabajó y concretó García Luna, quien fue nombrado director de esa corporación federal, iniciando así su ascenso en tareas de seguridad en el país durante más de dos sexenios.

De esa manera se retomó el proyecto de rehabilitar ese centro de operaciones en la zona Norte de Guerrero, que serviría para la capacitación de agentes de la AFI, la lucha contra el narcotráfico y en tareas de combate a grupos guerrilleros.

De acuerdo con un documento de la PGR filtrado en el 2001, la reactivación de ese centro de operaciones “permitirá obtener mayores y mejores resultados en la erradicación de cultivos ilícitos y permitirá la supervisión en torno al transporte y tráfico de enervantes”.

En aquellas fechas se informó que se invertirían 5 millones 650 mil pesos para la primera etapa de rehabilitación de esas instalaciones, a las cuales se le acondicionó con pasto, se cercó, se acondicionó un área de hospedaje, un área administrativa, una cancha de usos múltiples, una alberca, un gimnasio y un centro de investigación y capacitación a pilotos. Además se acondicionó un helipuerto con capacidad de tener hasta 6 aeronaves y una pista de aterrizaje depara aviones pequeños.

Se habló también de una segunda etapa para construir un invernadero y un hangar, con una inversión de 4 millones 350 mil pesos, de acuerdo al documento de la PGR.

Ese documento señalaba que “la puesta en marcha de la Base de Operaciones de El Caracol en el estado de Guerrero, traerá consigo múltiples beneficios para la PGR, entre los que destacan mayores y mejores resultados en la erradicación de cultivos ilícitos y en el tráfico de enervantes”.

Además “su operación será disuasiva para grupos armados, además al contar con hangar propio, el tiempo y costo en materia de traslados, reparaciones menores y mantenimiento preventivo de la flota de erradicación de cultivos, se reducirá considerablemente”.

Habitantes de esta población, indicaron que desde hace al menos una década dejaron de funcionar esas instalaciones, que de acuerdo a sus testimonios sirvieron para fiestas que organizaban funcionarios de primer nivel de la extinta PGR.

Dos décadas después, esa base de operaciones se encuentra en el abandono y en franco deterioro, mientras inicia este martes en Estado Unidos un juicio contra Genaro García Luna, acusado de brindar protección al Cartel de Sinaloa desde su cargo como servidor público en tareas de seguridad durante casi una década en México.