David Martínez Téllez

Con la aparición del cine, inicia la confusión entre realidad y ficción. Quienes ven este arte suponen asomarse a un futuro inmediato. Entonces, se podría pensar que el celuloide podría ser una ventana a lo que sucederá. El tema es cine en el ámbito espacial. Revisemos.

La primer película que tomó como temática el espacio que no el cielo, fue George Miliè (sic) con su título De la Tierra a la Luna, basada en la literatura de Julio Verne. Tanto cinta como novela se conocieron en 1865. El cine fue mudo, por lo que requería de una enorme imaginación transportar un texto impreso a unas imágenes en movimiento.

Casi cien años después el terrestre aluniza (1969). La realidad no supera a la ficción. Un año antes se exhibe 2001 Odisea del Espacio de Stanley Kubrick, donde el viaje es sideral y aborda el uso de la computadora. Si el espacio despierta una mezcla de sentimientos entre encanto/temor por lo desconocido, el argumento escama que el robot ofrece sentimientos.

La cinta Código Enigma nos cuenta el origen de la computadora durante la Segunda Guerra Mundial 1941-1946, para ganarle la guerra a los Nazis. Pero esta película se conoce apenas en 2014. Es decir, que Kubrick sabía de este invento y, por supuesto, no era popular. Este párrafo es para señalar que un director de cine está documentado. La computadora se populariza a finales de la década de los 80 del siglo XX. La video conferencia que nos muestra Kubrick apenas la utilizamos en los celulares.

En 1995 se exhibe Apolo 13 con Tom Hanks donde nos muestra un lunizaje fallido. No es documental, pero sí una recreación del suceso. En otras palabras no pronostica, refleja el pasado.

En estas líneas apunto que el descubrimiento tecnológico ha ayudado a la cinematografía. Principalmente en efectos.  Se empezó con una cámara y se ha llegado a utilizar, para una toma, en un instante 50 o 100 cámaras con el uso de celulares. El fondo verde o croma ha expulsado tanto a extras como a locaciones. Se puede engañar el ojo de una narrativa supuestamente de una sola escena con una historia de 2 o 3 horas.  Asómense al título 1917, por ejemplo.

En 2009 conocemos Avatar. La narrativa no nos muestra el espacio, sino la posibilidad de que el terrícola mute en otro ser vivo sin modificar vicios y virtudes. Somos, según, depredadores.

Las películas sobre el espacio de una u otra manera sugerían viajes turísticos al espacio. La realidad superó a la ficción. En 2021 se lleva a cabo el primer vuelo con ese objetivo. Uno de los tripulantes de ese viaje fue Jeff Bezos, dueño de Amazon.

Y para continuar con el entorno de cómo es la realidad. En estos meses se está filmando Desafío. Grabación en el mismo espacio.

La ficción del futuro en el cine parece que culminó en 2020. Ahora, todo indica, vamos a conocer el crudo presente auténtico. El pasado, ya fue (valga el perogrullo) y el futuro, si era incierto ahora será más hipotético.