• Sindicalizados acusan al director Jesús Villanueva de incurrir en hostigamiento laboral y entregar plazas a sus allegados 

Gilberto Guzmán

Trabajadores del Colegio de Bachilleres (COBACH) amagaron con parar labores en todo el estado para protestar por las supuestas irregularidades en que incurre el director general, Jesús Villanueva Vega, como el hostigamiento y persecución laboral, y la entrega unilateral de plazas a sus allegados.

A través de un manifiesto que hizo público, la Sección 31 del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio de los Organismos Públicos Descentralizados del Gobierno del Estado de Guerrero y de los Municipios, que dirige Guillermina Rodríguez, denunció que el funcionario ha incurrido en persecución, hostigamiento y acoso laboral contra trabajadores administrativos, particularmente del plantel número 13 de Xaltianguis.

Indica el documento que en ese plantel “de manera arbitraria y abuso de poder la Dirección General autoriza y duplica plazas administrativas”, además que “es palpable su falta de capacidad resolutiva” porque solo ha generado descontento en la base trabajadora.

Notamos en el maestro Jesús Villanueva Vega a una persona insensible, carente de respeto y apático, con una actitud discriminatoria hacia los trabajadores administrativos, violentando los derechos laborales de los trabajadores y el Contrato Colectivo de Trabajo para anteponer sus intereses personales y favorecer a sus camaradas e incondicionales”, denuncia la Sección 31.

Enumera una serie de demandas entre las que destacan: respeto irrestricto al Contrato Colectivo de Trabajo, cuya titularidad ostenta la Sección 31; revisión del pliego petitorio entregado en tiempo y forma; cancelación de las plazas administrativas otorgadas por Villanueva Vega de manera unilateral; el timbrado de la nómina.

Además, exigieron alto inmediato a la persecución, hostigamiento y acoso laboral a trabajadores administrativos de la Sección31 de los planteles de Zitlala, Plan de los Amates, Ruiz Cortines, Agua Caliente, Acapulco, Xaltianguis, Ayutla, entre otros, donde no se les permite la entrada a sus centros de trabajo.