•  El exgobernador recordó ante socios del Grupo Aca que “soy el más interesado en que la verdad se conozca”, y admitió que la desaparición de los 43 normalistas “ha sido una lápida que he tenido que cargar de manera injusta”
  •  Lamentó que la tragedia haya servido para que algunas organizaciones y personajes hayan encontrado su “modus vivendi” y se hayan beneficiado del mismo, como es el caso de Manuel Vázquez Arellano, alías ‘Omar el 44’, ahora diputado federal por Morena

Ana Lilia Torres

El exgobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, afirmó que fue un “chivo expiatorio” del gobierno federal en el caso no resuelto de la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrida en Iguala, el 26 de septiembre de 2014.

Al participar como invitado en la sesión semanal del Grupo Aca, el exmandatario dijo que “tiene la conciencia tranquila”, pero admitió que la desaparición de los estudiantes ha sido una lápida con la que ha tenido que cargar injustamente.

Además, consideró necesario que a los padres de los jóvenes desaparecidos se les diga la verdad de lo sucedido, “por más dolorosa que sea”.

Afirmó que él es el más interesado en que el Caso Ayotzinapa se esclarezca y pidió que sean llamados exfuncionarios de la administración de Enrique Peña Nieto a declarar en torno a este lamentable caso.

Dijo que él no tenía ningún motivo para mancharse las manos con la sangre de los jóvenes normalistas, y consideró que el curso que tomó el caso fue porque al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto no le interesó seguir las investigaciones y se lo dejó todo al gobierno estatal.

“Había que buscar un chivo expiatorio, ¿Por qué? Porque el gobierno federal no le dio importancia a un hecho tan triste y lamentable como el que ocurrió ese día en Iguala”, señaló el exgobernador.

“Pensar que mi gobierno desaparecería a los normalistas es equivalente a cavar nuestra propia tumba, cuando íbamos tan bien. ¿Qué motivo tendríamos? ¡Ninguno!”, argumentó.

Aguirre Rivero dijo que él es el más interesado en que se conozca la verdad y recordó que junto con funcionarios de su gabinete, son los únicos que han acudido a declarar de manera voluntaria sobre lo ocurrido en Iguala.

Consideró que la Fiscalía General de la República (FGR) debe llamar a declarar al exprocurador Jesús Murillo Karam; al exsecretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el exdirector del Cisen, Eugenio Ímaz, porque ellos podrían aportar información sobre lo ocurrido.

“He sido el que más he pugnado porque se conozca, ha sido una lápida que he tenido que cargar de manera injusta. Soy el más interesado en que la verdad se conozca”, insistió el exmandatario.

Lamentó que la desaparición de los 43 normalistas haya servido para que algunas organizaciones y personajes hayan encontrado su “modus vivendi” y se hayan beneficiado del mismo, como es el caso de Manuel Vázquez Arellano, alías ‘Omar el 44’, exlíder del Comité Estudiantil de Ayotzinapa que envió a los alumnos de primer año a Iguala, quien ahora es diputado federal por Morena.

Además, criticó que todos los detenidos por la investigación que realizó inicialmente su ex fiscal Iñaki Blanco, continúan presos, mientras que todos los que fueron aprendidos posteriormente por autoridades federales ya se encuentran casi todos libres.

Además, Aguirre Rivero deseó que “le vaya bien, que las cosas caminen adecuadamente” para el gobierno que encabezará a partir de este viernes Evelyn Salgado Pineda, y que logre los recursos que necesita Guerrero.

Le recomendó insistirle al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, “que el amor no solo se presume sino que se demuestra” con hechos.

Aguirre Rivero reconoció que el gobernador Héctor Astudillo Flores hizo un magnífico gobierno y entregará la administración con “un saldo altamente positivo”.