• Marcharon en la Ciudad de México para recordar a sus hijos a 7 años de su desaparición; hay voluntad política de López Obrador, pero las investigaciones de la FGR avanzan “con lentitud”
  • Reprocharon la “reticencia” del Ejército para permitir que sean investigados los elementos del 27 Batallón que estuvieron en contacto con los estudiantes del día que desaparecieron

Redacción 

Aunque reconocieron la “voluntad política” del gobierno de Andrés Manuel López Obrador para llegar a la verdad en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, hace 7 años, las madres y los padres reprocharon la “lentitud” de la Fiscalía General de la República (FGR) en actuar y la “reticencia” de la administración en investigar al Ejército y a los elementos del 27 Batallón de Infantería de Iguala.

“A siete años nuestra herida sigue sangrando”, recalcaron los familiares de los estudiantes en un pronunciamiento leído por Hilda Legideño e Hilda Hernández, durante el mitin que concluyó la marcha para exigir justicia este domingo en la Ciudad de México.

Entre sus reclamos, las madres y los padres señalaron que algunos funcionarios de la extinta Procuraduría General de la República (PGR), culpables de tergiversar evidencias para abundar en la descreditada ‘verdad histórica’, siguen laborando en la FGR, institución que acusaron de tardar en emitir 40 órdenes de aprehensión contra presuntos responsables.

“Hay voluntad política pero ya llevamos tres años y no sabemos el paradero de nuestros hijos”, recalcaron en el pronunciamiento y, tras recordar que los restos de tres jóvenes fueron identificados, preguntaron: “¿Qué pasó con los demás jóvenes? ¿Quiénes se los han llevado? ¿Dónde están? Son preguntas que este gobierno no contesta”.

Señalaron que mientras “para el gobierno” de López Obrador “hay avances” en las investigaciones, “para nosotros son mínimos”, y reprocharon que “con este gobierno parecía que se despejaba el camino a la verdad, pero a medida que pasa el tiempo parece más empinado y espinado”.

En el arranque del mitin hubo un minuto de silencio en homenaje a Minerva Bello Guerrero, Tomás Ramírez Jiménez, Saúl Bruno Rosario y Bernardo Campos Santos, padres de normalistas quienes fallecieron sin encontrar el paradero de sus hijos durante 7 años.

“Hace 7 años nuestros compañeros, nuestros 43 hermanos se encontraban en la normal rural de Ayotzinapa, con la esperanza, la ilusión y la algarabía porque habían pasado el examen para ser maestros rurales (…) pero más tarde el gobierno cobarde y las fuerzas policiacas coludidas con la delincuencia organizada los desaparecían”, recalcó Vidulfo Rosales, abogado de los familiares.

Tras arremeter contra la “mafia de las fuerzas de seguridad” que persiguieron a los normalistas en las calles de Iguala en la noche del 26 de septiembre, el abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan insistió: “A esta hora los 43 estarían en todas y cada una de las comunidades”.

Los padres encabezaron la marcha mientras sostenían en sus manos las mantas con los rostros de sus hijos impresos o bordados.

Los seguían cientos de normalistas, integrantes de organizaciones sociales y ciudadanos solidarios recorrieron la avenida Reforma con sus cartulinas, banderas o incluso ataúdes marcados con los rostros del expresidente Enrique Peña Nieto, el exprocurador Jesús Murillo Karam, y del exsecretario de la Defensa Nacional Salvador Cienfuegos.

A medida que avanzaba la manifestación, algunos normalistas pintaban paredes con consignas de “Ayotzi Vive” y “+43”, cuantos recordatorios de la injusticia que continua, a pesar de que ya pasaron siete años desde la Noche de Iguala y que se sucedieron dos administraciones federales.

A la altura de la glorieta de Cuauhtémoc se incorporó un grupo que sostenía una enorme manta, que resumía en cuatro palabras blancas y negras el sentir general: “7 años sin justicia”.