Bernardo Torres

Tras los enfrentamientos del pasado 25 de febrero los tres niveles de gobierno han abandonado totalmente las comunidades de la Sierra de Coyuca de Catalán, reprochó Javier Hernández Peñaloza, miembro del Comisariado del Ejido de Guajes de Ayala.

A través de un mensaje en Facebook, Hernández Peñaloza quien también se ha convertido en líder y vocero de las comunidades dijo que el Municipio ha sido totalmente omiso en materia de apoyos sociales, educación y salud.

Luego de los enfrentamientos del 25 de febrero dijo, acudió el secretario de Seguridad Pública, David Portillo Menchaca, sólo para informar que no había pasado nada y que todo estaba en paz en las comunidades.

De acuerdo con los habitantes de las comunidades atacadas ese día, se habrían registrado al menos 15 decesos y varios heridos, todos ellos por parte del grupo agresor, sin embargo, las autoridades informaron que no habían encontrado indicios de personas fallecidas.

Hernández Peñaloza, rechazó la versión oficial informada, pues indica que las amenazas continúan, y las autoridades que acudieron no realizaron recorridos y prefirieron minimizar la situación.

Dijo que luego de esa visita, fueron totalmente abandonados, se encuentran incomunicados debido a que em grupo armado que los atacó también bloqueó los caminos haciendo uso de maquinaria y eso no ha sido atendido por las autoridades a más de ocho días de los sucesos.

Indicó que ante las amenazas y el riesgo latente de nuevos ataques, varias familias han huido de las localidades ya sea hacia la cabecera de Coyuca de Catalán o hacia la Costa Grande.
Reprochó también que ninguna autoridad este atendiendo la denuncia por la desaparición del señor Elias Gallegos y su hijo Freddy Gallegos de quienes hasta la fecha no se sabe nada de su paradero.

Hizo un llamado a los tres niveles de gobierno, y especialmente al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y al Secretario de la Defensa Nacional (Sedena) Luis Crescencio Sandoval, para que pongan atención en esta zona antes de que ocurra una masacre.