Los primeros cervatillos de la temporada nacidos en el venadario del Parque de Educación Ambiental “Granja Amojileca”, en la Sierra Madre del Sur, fueron bautizados con los nombres de Covidia y Pandemio, como una forma de hacer conciencia sobre la gravedad de la pandemia del Coronavirus y la necesidad de quedarse en casa para evitar contagios.

En comentarios en las páginas del sitio de conservación y en mensajes a los responsables de su funcionamiento, los visitantes asignaron nombres relacionados con la pandemia por el COVID-19 también como una forma de llamar la atención ante la urgencia de la conservación de la naturaleza, por los efectos que resiente el planeta ante la contaminación y los hábitos depredadores.

“Es un orgullo que a casi quince años de iniciar operaciones hayamos consolidado a la ‘Granja Amojileca’ como el espacio de convivencia familiar y grupal con el mayor sentido de pertenencia en el estado de Guerrero, con más de medio millón de visitantes locales, de otras partes del país y del extranjero”, indicó el coordinador del parque, Elino Villanueva González.

“Covidia” y “Pandemio” nacieron hace cinco días y han provocado comentarios de admiración desde distintas partes del país, a partir de la consideración de que “la naturaleza es tan pródiga que nos sigue regalando muestras de su perfección, a pesar de la irresponsabilidad de nuestro comportamiento hacia ella”, mencionó el también profesor de la Universidad Autónoma de Guerrero.

“Lo que nos distingue como Parque de Educación Ambiental es el gran sentido de pertenencia: por ejemplo, los ejemplares de venado llevan nombres asignados por los visitantes, y así, el macho alfa se llama Vicente, porque nació un nueve de agosto, el día del onomástico de Vicente Guerrero, y le siguen el Berrinches, la Abuela, el Chiquis, Ameyalli, Santiago y el Compadre, entre otros”.

Al mismo tiempo, “la mayor parte de las plantas han sido sembradas por las familias y grupos de visitantes, bajo el criterio de que a cada arbolito se le coloca un letrero con el apellido de que se trate, luego los familiares o amigos participarán en su mantenimiento y desarrollo y cuando años después ya ha crecido y tiene su fronda, la familia o el grupo convivirá bajo su sombra”.

El Parque de Educación Ambiental “Granja Amojileca” se ubica en una pequeña localidad al poniente de la capital, Chilpancingo, nació quince años atrás como un proyecto de vinculación universitaria y abrió sus puertas hace once años, en calidad de espacio de promoción de actividades de conservación de la naturaleza y para generar empleos e ingresos sin afectar al entorno. (API)