• * Al menos una decena de casas y el techado de la cancha tienen orificios donde cayeron los impactos

Casi 24 horas estuvieron refugiados dentro de sus hogares y bajo una lluvia de balas los habitantes del poblado El Naranjo, municipio de Leonardo Bravo, luego de un enfrentamiento entre dos grupos armados que inició la mañana del sábado y culminó hasta después del mediodía del domingo.

Dicho enfrentamiento entre ambos grupos antagónicos que se disputan el control del territorio, dejó el saldo de al menos nueve pistoleros muertos, mientras que otros cuatro fueron abatidos por las corporaciones policíacas el día domingo cuando acudieron al llamado de auxilio, por lo que en total trece sicarios murieron, dos fueron detenidos y un agente de la Policía Ministerial resultó herido.

A pesar de que desde el año pasado se han registrado estos enfrentamientos armados dentro y a las afueras del poblado, la mañana del sábado los pobladores comenzaron a escuchar los disparos de arma de fuego en ráfagas y cada quien se metió a sus hogares.

“¿Has escuchado como suenan las láminas cuando llueve y cae granizo?, así mero se escucha como las balas traspasan las láminas, haz de cuenta que en lugar de agua es una lluvia de balas y nosotros nos tenemos que meter debajo de las camas o lo que uno encuentra para protegernos, más si las casas son de madera y lámina”, dijo un poblador.

El Naranjo se encuentra enclavado entre cerros y a 30 minutos de la cabecera municipal (Chichihualco), donde al pasar hacia esa localidad hay dos camionetas blindadas, calcinadas y abandonadas a orilla de la carretera de terracería, marca que ha dejado la guerra entre los dos grupos delincuenciales.

Al llegar se observan algunas casas solas y abandonadas, mientras que algunos pobladores se mantienen concentrados en la cancha donde las autoridades les hacen la entrega de despensas, luego de los hechos violentos.

El techado y la estructura de la cancha presentan decenas de orificios producidos por las balas, frente a ella hay una casa construida de material y de dos niveles, la cual está completamente marcada por las balas y a unos 50 metros una casa de madera totalmente calcinada, así como manchas de sangre y algunas prendas camuflajeadas.

La calle principal que conduce a la brecha para continuar hacia Tres Cruces y el corredor Xochipala-Filo de Caballos, se encuentra tapizada de casquillos percutidos de diversos calibres, utilizados para armas de alto poder, mientras que se observa una estructura que parece ser el Centro de Salud del pueblo, cuya fachada se encuentra repleta de orificios por los impactos de arma y en su interior hay medicamentos y equipos médicos tirados, así como áreas colchonetas, botas tácticas más casquillos percutidos, además de manchas de sangre por las calles, toda una zona de guerra.

En el poblado las personas aprovechan para salir de sus viviendas, mientras las autoridades se encuentran en el lugar y un grupo de policías junto con personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) se encontraban realizando el levantamiento de cinco cadáveres a las afueras de la comunidad, cuyo acceso por la carretera fueron hallados al menos tres artefactos explosivos y caseros que no detonaron durante los entrenamientos.

“Escuchamos los balazos y nos metimos debajo de las camas, nada más de repente se escuchaban unas explosiones bien fuertes y hasta las casas retumbaban, no sabes qué cosa eran esas explosiones pero eran muy fuertes”, dijo otro poblador.

En entrevista con el titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSP), David Portillo Menchaca, dijo que tras los hechos violentos, un grupo de autoridades se quedará en el poblado durante unos días para resguardar a los pobladores, a quienes les entregaron despensas. (API)