- *Monseñor Leopoldo González también consideró necesario inculcar valores a los niños, para evitar hechos como el tiroteo ocurrido en una escuela de Torreón, Coahuila
Ana Lilia Torres
ACAPULCO.— El arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, expresó su dolor por el hallazgo de un grupo de 10 músicos indígenas asesinados e incinerados, el viernes pasado en el municipio de Chilapa y pidió a las autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE) investigar qué fue lo que pasó en ese caso de violencia.
Al mismo tiempo, el clérigo se pronunció porque se fomenten valores en la familia y baje el uso de armas, luego del tiroteo ocurrido el pasado 10 de enero en un colegio de Torreón, Coahuila, donde un niño de primaria asesinó a su maestra e hirió a otro docente y a cinco alumnos, para posteriormente quitarse la vida.
Consideró que es un desafío el quitar la violencia en el hogar, porque es donde muchas veces surge la semilla de descontento y rencor, que producen ese tipo de acciones.
En conferencia de prensa dominical, monseñor González González se refirió al asesinato de 10 músicos indígenas y expresó su dolor por las personas que están sufriendo esta tragedia de duelo en sus hogares, al tiempo que consideró que es necesario conocer qué fue lo qué pasó.
“A mí me causa una impresión, así como de llamada de atención que en algún artículo vi que no se encontraron casquillos percutidos alrededor y si eso es verdad, ¿entonces qué fue lo que pasó? ¿Dónde pasó? para de ahí continuar con la investigación”, señaló.
En el caso del niño que ingresó armado en una escuela de Torreón y disparó contra su maestra y compañeros de clase, el representante católico estimó que “este hecho representa un llamado a todos para que desde el hogar podamos buscar poner en cada niño el sentido de su valor grande, único e irrepetible, con dignidad y merecedor de respeto”.
“Esta semilla de valor personal surge del amor incondicional de los padres, ahí se va formando en nosotros el sentido de que somos personas y hemos de mirar también cómo la estructura social, fomente más el sentido de familia y que los padres vean más por el cuidado de los hijos, y colaboren también con los maestros”, dijo.
Señaló que cuando los padres ejercen violencia verbal, física y psicológica en la familia, deja en los niños una herida muy honda, pero además otro factor importante es el hecho de que haya armas en los hogares mexicanos.
“La cantidad de armas que hay en la sociedad no favorece la construcción del tejido social. Ha de bajar, ha de disminuir esa cantidad de armas. No puede haber tantas armas en manos de personas civiles o en los hogares”, señaló.
De la implementación del Operativo Mochila en las escuelas, consideró que la revisión de los que llevan los niños es responsabilidad que recae en los padres de familia.
En el tema de los desplazados por la violencia en Zirándaro, el prelado católico señaló que es un asunto que no solo preocupa sino causa dolor y tristeza, porque los pobladores dejan el hogar, sus pertenencias y su modo de vida diaria.
“Con relación a las personas desplazadas me da alegría haber leído la preocupación del gobierno del estado por una asistencia humanitaria a ellos y también del gobierno municipal”, expresó monseñor González González.
Por último, en cuanto a la declaración del presidente Andrés Manuel López Obrador de que es difícil acotar a los grupos comunitarios, porque están infiltrados por la delincuencia organizada, pidió no generalizar.
“Los grupos comunitarios abarcan grupos sumamente diferentes. Yo veo necesario ver grupo a grupo, ver los que están infiltrados pero también reconocer a aquellos que han surgido desde la comunidad y han sido apoyo a la autoridades para preservar la seguridad y la paz en las comunidades”, concluyó.