• * La Provincia Eclesiástica de Acapulco expresó su dolor por “el desprecio por la vida y la dignidad de las personas”, así como por “el desplazamiento forzado de familias y la alteración de la vida ordinaria de pueblos y zonas”

Alondra García

La Provincia Eclesiástica de Acapulco manifestó su dolor y preocupación por la violencia que se ha agudizado recientemente en Guerrero y anunció que reforzará sus labores para “poner en práctica la Palabra de Dios”. 

El arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, y los obispos de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza; de Ciudad Altamirano, Joel Ocampo Gorostieta y de Tlapa, Dagoberto Sosa Arriaga, emitieron un comunicado por el XVIII Encuentro Provincial de Pastoral 2020

En el documento, advirtieron que las expresiones de violencia han dado muestra del “desprecio por la vida y la dignidad de las personas”.

También alertaron sobre “la circulación cada vez mayor de armas” en el territorio guerrerense.

Los representantes de la Iglesia Católica señalaron que la violencia “ha provocado el desplazamiento forzado de familias y la alteración de la vida ordinaria de pueblos y zonas”.

Asimismo, lamentaron los “intentos de legislar en contra de la vida, el matrimonio y la familia”, ya que en el Congreso del Estado se han presentado proyectos para legalizar el aborto y el matrimonio homosexual.

Por ello, advirtieron que hace falta “un largo camino” por recorrer para “poner en práctica la Palabra de Dios”.

Los obispos también consideraron que es necesario reforzar el cuidado del patrimonio cultural de los pueblos originarios y reconocer su valor, al igual que la riqueza bio ecológica de Guerrero.

Los prelados informaron que, ante las manifestaciones de “una profunda crisis antropológico-cultural”, renovaron su opción por Cristo.

“Cerca de Él podemos beber del verdadero manantial, que mantiene vivos nuestros sueños, nuestros proyectos, nuestros grandes ideales, y que nos lanza al anuncio de la vida que vale la pena”, expusieron.

También reafirmaron su compromiso con el servicio a sus hermanos, porque “el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado”.

Anunciaron que, guiados por la Virgen de Guadalupe, serán constructores de la “Casita Sagrada” que ella deseaba para todos sus hijos; con ella desean ser portadores de “Dios por quien se vive” que nos dignifica y valora a todos.

“Todos los que hemos participado en este encuentro deseamos caminar con nuestros pueblos para cuidar la esperanza, estar en cercanía sencilla y ayudar a los rezagados”, anotaron.

Los obispos de la Provincia Eclesiástica de Acapulco dijeron que tienen la firme esperanza de que las personas y los pueblos sean capaces de ofrecerse mutuamente la paz y la oportunidad de tener una buena vida, con tranquilidad, respeto, seguridad, oportunidades de trabajo honesto, libertad de desplazamiento y de expresión.

“Soñamos con creyentes y comunidades católicas amantes de la Palabra de Dios, defensores valientes de la belleza de la vida y dignidad de la persona, de la familia, del matrimonio; guardianes comprometidos y organizados para defender la riqueza cultural de los pueblos originarios y de los recursos naturales con los que Dios ha bendecido estas tierras”, expusieron en el comunicado.

Por ello, anunciaron que como Provincia Eclesiástica lucharán por los objetivos comunes que se trazaron para el trienio 2020-2022 en el reciente Encuentro Provincial.

Para lograrlo, pondrán al servicio de la comunidad “lo mejor de sus obispos, sacerdotes, diáconos, religiosas, religiosas y laicos”.

El XXVII Encuentro Provincial de la Provincia Eclesiástica de Acapulco se realizó los días 7, 8 y 9 de enero en Ciudad Altamirano.

El objetivo fue programar los encuentros provinciales del trienio 2020-2022 y conocer los aportes del Sínodo Pan-Amazónico, para dinamizar la acción pastoral de las diócesis a favor de la vida, la dignidad humana y el cuidado de la casa común.