• * Monseñor Leopoldo González respaldó la postura del gobernador Héctor Astudillo respecto a la retención de elementos de la Guardia Nacional en Tecoanapa, por parte de miembros de la UPOEG

Ana Lilia Torres

ACAPULCO.— El arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, coincidió con la postura del gobernador Héctor Astudillo Flores en el sentido de no negociar la ley para lograr la paz, luego de que la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) retuviera a elementos de la Guardia Nacional para exigir la liberación de 10 de sus compañeros detenidos en Xaltianguis el mes pasado.

El prelado católico señaló que hasta este momento la UPOEG no le ha solicitado su mediación para lograr la libertad de los detenidos el pasado 11 de noviembre en Xaltianguis y expresó sentir “tranquilidad” por el hecho de que fueron liberados los elementos de la Guardia Nacional retenidos en Tecoanapa.

En conferencia de prensa en la catedral de Nuestra Señora de la Soledad, monseñor González señaló que en ese conflicto “no han solicitado una intervención de mediación. El párroco no me ha indicado nada”, dijo, y pugnó porque busquen a través del diálogo una solución.

Al referirse a las extorsiones y cobro de piso a empresarios de este puerto, afirmó que “han sido una sangría muy cruel” que lastima económica y anímicamente a la sociedad de Acapulco.

“Es un asunto que imagino ha sido puesto a consideración de las Mesas de Coordinación para la Construcción de la Paz. Ahí está un muy buen espacio para que las autoridades municipales, estatales y federales, puedan encontrar estrategias y unir esfuerzos para liberar a las familias y a los negocios de esta cruel sangría, no sólo económica sino también anímica”, señaló.

El jerarca católico dijo que lo primero que cobra la extorsión y el cobro de piso, es la paz, y muchas veces la vida.

En el tema de los acontecimientos de violencia, luego del ataque ocurrido en la colonia Miguel de la Madrid el sábado pasado, donde hubo un muerto y dos mujeres más heridas, entre ellas una embarazada, el clérigo expresó su tristeza “por estas cosas que no dan paz y tranquilidad” y llamó a rechazar estas acciones dentro del corazón y no acostumbrarse a ellas.

Señaló que una interrogante es cómo prevenir las ejecuciones, ya que la actuación de las policías y revisiones son un medio necesario, pero no bastan, sino hace falta un sistema de inteligencia para indicar la forma de neutralizar el poder de las bandas delincuenciales, con la colaboración de las familias, la iglesia, escuela y medios de comunicación.

Pidió a las autoridades prevenir estos delitos y la mejor forma es no dejarlos impunes, a la vez que hizo un insistente llamado a la conversión a quienes perpetran estos crímenes a dejar de causar dolor y sufrimiento a los demás.

“Nadie puede sentirse orgulloso del daño causado a quien pierde un padre, un hijo o un esposo. Ninguno de nosotros fuimos creados dañinos, fuimos creados para el bien y sólo haciendo el bien nos realizamos”, señaló el clérigo.

Sobre el informe de la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero en el sentido de que en los últimos tres años, dos mil personas fueron desplazadas por violencia, principalmente de la Montaña de Guerrero, el prelado dijo que es el momento más oportuno para ayudarlos a volver a sus pueblos.

Finalmente, sobre el número de peregrinaciones guadalupanas para el 12 de diciembre, el clérigo dijo que llevan 187 registradas para realizarse en los próximos días, pero se espera rebasar las 280, ya que llegan otras sin anotarse en la Catedral de Nuestra Señora de la Soledad.