• * Salvador Rangel, encargado de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, dijo “que se ha logrado pacificar mucho a esta ciudad, y exhortó a quienes producen miedo a “que se calmen, ya queremos vivir en paz, la gente quiere vivir en paz”

Jesús Saavedra

CHILAPA.— El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, hizo un llamado a quienes se dedican a “sembrar terror” este fin de año con extorsiones y amagos de ataques armados contra la población civil, porque “la gente ya se acostumbró a tener miedo”, aunque la situación de violencia ya no es la misma que hace unos años.

El jerarca católico ofició este domingo una misa en la Catedral de esta ciudad y al final en declaraciones a reporteros dijo que espera a que a fin de año no haya amenazas de ataques armados y extorsiones contra trabajadores que reciben su salario y aguinaldo de fin de año.

Rangel Mendoza se refirió en particular al caso de Chilapa, donde “en los últimos tiempos ha habido amenazas que buscan sembrar el miedo, el terror en las personas; hace un año hubo amenazas a las escuelas también y digo que todo esto es para espantarlos con el petate del muerto”.

Añadió que esas amenazas, “para mí no son cosas reales, aquí ya se acostumbraron a amenazar a la gente y la gente se acostumbró a tener miedo, lo que debemos hacer es que la gente se quite de todo eso, esas amenazas no las juzgo verdaderas o auténticas”.

Sostuvo que “el ambiente que tenemos en Chilapa no es el mismo de hace tres o cuatro o cinco años, creo que se ha logrado pacificar mucho a esta ciudad, a este municipio y exhorto a estas gentes productores del miedo que se calmen, ya queremos vivir en paz, la gente quiere vivir en paz, acabamos de celebrar la misa donde había cerca de 10 o 15 niños se acercaron a darme la paz”.

Añadió que “ojalá que los adultos hagamos más para que todos esos niños vivan en paz, vivan tranquilos y se les eduque en todo tipo de valores”.

Rangel Mendoza recordó que en ese municipio se ha detenido a uno de los líderes de un grupo del narcotráfico, Zenén Nava Sánchez, quien había sembrado el terror entre la población, y explicó que “a veces el coleteo del cocodrilo cuando matan a un cocodrilo siempre la cola hace más destrozos, espero que al ir cortando cabezas de los jefes del narcotráfico aquí en Chilapa siempre va a haber una reacción”.

No obstante, aseveró que estaba “seguro siempre va a vencer el bien sobre el mal, los buenos sobre los malos, esos asesinatos no es todo del narcotráfico, cuantas veces ni hay venganzas entre familias y entre hermanos, cuantas veces es por ajuste de cuentas, por eso hago el exhorto de que el valor más hermoso que tenemos es la vida y que esa vida la tenemos que cuidar, la tenemos que defender, es lo más hermoso que tenemos la dignidad humana y la vida de cada persona”.

Al referirse a la visita que realizará el próximo sábado a Chilapa el presidente de la República, el obispo dijo que “ojalá que venga a estos lugares y se dé cuenta de una manera real lo que está sucediendo en estos municipios y Dios quiera que esta venida de López Obrador traiga más paz, traiga tranquilidad y sobre todo progreso a estas tierras olvidadas del gobierno”.

Señaló que los ciudadanos esperan que con la visita del presidente “se pueda mejorar todo, desde la educación, la infraestructura, que haya trabajo, que sea una buena venida de López Obrador y que no vaya a ser una llamarada de petate solamente para las cámaras, que se hagan cosas reales en favor de Guerrero y de este municipio en particular”.

Respecto a la situación de las familias de una docena de comunidades de la Sierra de Leonardo Bravo, que cumplieron un año de haber huido de sus hogares, Rangel Mendoza volvió a condenar esa situación, “lo he dicho muchas veces que como mexicanos todos tenemos derecho a un hogar, como mexicanos tenemos el derecho del libre tránsito, entonces aquí están faltando a los derechos humanos esas personas que los desplazaron y sobre todo que no les permiten volver y además tenemos el libre tránsito en México y no pueden regresar.

Señaló que todos saben quiénes son los responsables de ese desplazamiento forzado, “son esos policías comunitarios que están al servicio del narcotráfico y en particular son los de Tlacotepec, he hecho varios exhortos al gobierno federal y al gobierno estatal que nadie los ha constituido en jefes de los demás, porque ellos son unos delincuentes que dictan órdenes y medidas y no permiten que entren los desplazados que tienen sus derechos humanos”.

Aclaró que su posición pública no es por algún diferendo con los habitantes de Tlacotepec o de Chichihualco, “no traigo nada en contra de Tlacotepec, nada en contra de Chichihualco, pero sí estoy en contra que no se respeten los derechos humanos; si ellos se salieran sería mucho mejor, ellos dicen que no hay asaltos, que se acabaron los delitos, pero acuérdense que también están los soldados en La Laguna, Xochipala, Carrizal de Bravos, a poco ellos quien los constituyó en los guardianes del orden, ellos están como jueces y nadie los ha constituido como tal, creo que si ellos se salen la situación estará más tranquila y que no se falte al derecho que tienen los desplazados”, agregó.