Javier Cadena Cárdenas

Todo parece indicar que ha llegado la temporada de lluvias y con ella una solución natural al problema que este año representó la temporada de incendios, muchos de los cuales, hay que reconocerlo, son provocados con base en oscuros intereses que a la autoridad, cuando tenga la opción, le tocará clarificar y, por qué no, castigar a los culpables, tanto intelectuales como operativos.
Pero también con la temporada de lluvias llega el olvido de la temporada de incendios, amnesia que desaparecerá hasta es siguiente año, y es que “lamentablemente muchos ciudadanos, empresarios y políticos no nos damos cuenta de la gravedad de la situación”.
O al menos así lo considera el ingeniero José Luis Rodríguez, quien abunda en su reflexión y comenta que cada año los incendios provocan que se viva una “emergencia” a la que habrá que dar solución, y para ello, afirma, tiene varias propuestas, y una de ellas es que los jóvenes al momento de prestar el servicio militar reciban un aprendizaje en materias ecológica y de protección civil, ya que así, afirma, obtendrán elementos para tener una mayor conciencia en dichos puntos, así como para reaccionar de manera adecuada ante tales contingencias.
Reconoce que esta propuesta, a la que amplía considerando que las mujeres también podrían prestar el servicio militar bajo esta modalidad, si alguna vez se lleva a cabo obtendría sus primeros resultados casi de inmediato, pero mientras eso no suceda, dice, para solucionar la “emergencia” que representa cada temporada de incendios sería bueno poner en marcha un “servicio ecológico”, mediante el cual se reforesten las zonas afectadas, se planten árboles frutales, se restauraren las áreas quemadas, se empiece a usar el bambú como alternativa frente al uso de la madera, a impulsar el uso de energías limpias, y a fomentar una cultura del agua y de la basura.
José Luis Rodríguez también hace dos afirmaciones que, así como están los tiempos por el problema que significa el calentamiento global, invitan a la reflexión: “cada generación deja una huella negativa en el planeta”, es la primera, y la segunda versa en que los actuales seres humanos “somos unos sobrevivientes de nosotros mismos y del planeta”.
Oriundo en Chilapa y residente de Chilpancingo, afirma que no coincide con la tesis que sostiene que el planeta se rige por ciclos, en los cuales cada diez mil años se regresa al mismo punto, y que por ello esta zona, refiriéndose a Guerrero, retornará a ser desierto, y que no concuerda con ella porque paraliza al ser humano al hacerlo creer que lo que se haga en favor del planeta no sirve porque la tierra se cura sola.
Tampoco está de acuerdo con esa sentencia de que la “temporada de incendios” ya es una “tradición” porque cada año hace acto de presencia, y que no lo está ya que, para él, esta “tradición” como muchas otras, no deben de existir, es más, se deben combatir con educación, cultura y acciones concretas.
En este tema de la “tradición”, José Luis Rodríguez compara estas los incendios con las acciones de asesinar, robar, violar, y lo hace argumentando que no porque estos hechos se presentan de manera constante y permanente, se deben considerar “tradición” y con ello normalizarlos.
No duda al señalar que muchos seres humanos somos unos verdaderos “depredadores parricidas del planeta”, y pone como ejemplo lo que se hace y no se hace o se deja de hacer en materia del calentamiento global, o en materia del uso y abuso de agua, o del descuido permanente en materia de basura, o en materia de deforestación, o en el uso y abuso de la energía tradicional, posponiendo la implementación del uso de energías limpias, entre otros temas.
Y por cierto, este especialista en ingeniería sísmica, hace un llamado que, más allá del tono picaresco que pueda tener, resulta por demás interesante por lo que pueda significar en beneficio del planeta: “también sería bueno regresarle la virginidad a las montañas y a los bosques”, propone.
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