* Pablo Amílcar impone agenda presupuestal
* Astudillo: lo que importa es ayudar a Guerrero
* Los 15 programas etiquetados por MORENA

Jorge VALDEZ REYCEN

No fue un diálogo de sordos.
Conciliador, prudente, receptivo, Héctor Astudillo Flores saludó a Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, quien dibujó una sonrisa enigmática desde que se sentó a la derecha del gobernador de Guerrero. Era un martes 13 en San Lázaro.
Nestora Salgado lo miraba de reojo. Estaba entre el exbarzonista Alfonso Ramírez Cuéllar y el exgobernador René Juárez Cisneros. También se veía festiva, altiva.
Astudillo abrió con una postura: “tengo la confianza de que en esta mesa plural podamos, entre todos, construir algo que trascienda, para un estado que requiere la solidaridad nacional”.
Vertical, terminante, Pablo Sandoval anunció los 15 programas “de manera directa” desarrollará el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en Guerrero:
Jóvenes Construyendo el futuro, 4 universidades públicas nuevas, becas a universitarios, pensión a adultos mayores, pensión para el bienestar de personas con discapacidad, crédito ganadero a la palabra, microcréditos para el bienestar, recursos para el fondo minero, reconstrucción de caminos rurales (nuevos), cobertura de internet total, la producción para el bienestar, reconstrucción por terremoto del 2017, desarrollo urbano a colonias marginadas (enfocado a Acapulco, principalmente) y atención médica.
Astudillo respondió a los reporteros: “no tengo inconveniente de hacer lo que se tenga qué hacer. Así lo marcan las circunstancias y los tiempos”. Peeeero los 55 mil millones de pesos para 2019 “serán insuficientes”, advirtió el Ejecutivo guerrerense.
A la sesión de la comisión legislativa de Presupuesto y Cuenta Pública se apersonaron personajes de una clase política guerrerense plural, de todos los colores y filiaciones. En una fila, a la derecha, los integrantes del gabinete en el azoro total: Rafael Navarrete (Obras Públicas), Juan José Castro Justo (Agricultura y Ganadería), Arturo Palma Carro (CAPASEG), Carlos de la Peña (Salud), Javier Taja (Carreteras, Aeropuertos), Javier Saldaña Almazán (UAGro), Antonio Jaimes (alcalde de Iguala) y Manuel Añorve (senador).
La imagen captó los estados de ánimo, la enorme expectativa y hasta las reacciones de un lenguaje corporal al que inusualmente no están acostumbrados. El rector se veía aburrido, somnoliento. Palma, contrariado. Añorve, buscando miradas. Juan José, pensativo. De la Peña, incrédulo. Taja, sarcástico.
La agenda presupuestal no incluye el programa de fertilizante gratuito a campesinos, aun cuando el presidente electo lo vio con buenos ojos. El rostro de Tulio Pérez era también de incredulidad.
La desazón era imposible matizarla, con expresiones de cordialidad, amabilidad y camaradería.
Hasta Nereo Galindo captó los rostros de Manuel Añorve, Avelina López, Tulio Pérez, y el rector chateando en su smartphone.
Era la segunda de tres reuniones pactadas, concebidas para retroalimentar en qué se van a gastar esos 55 mil millones de pesos que no van a alcanzar. Falta conocer cuánto dinero etiquetarán para seguridad pública. Y otros rubros que aún siguen medio nebulosos, sin conocerse.
Astudillo estaba atento, prudente y receptivo. Puso el ejemplo de no mostrar contrariedad, fastidio, enojo. Esto apenas empieza. Y sí, es cierto… no fue un diálogo de sordos.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.