* Mediante un comunicado, la Diócesis Chilpancingo-Chilapa consideró que el activismo de María Luisa Garfias a favor del aborto, es contrario al espíritu de ese reconocimiento

Alondra García

La Diócesis Chilpancingo-Chilapa se inconformó por la designación de la feminista María Luisa Garfias Marín como recipiendaria de la Presea Sentimientos de la Nación, máximo reconocimiento que entrega el Congreso del Estado, por ser una promotora del aborto. 
A través de un comunicado de tres páginas firmado por el obispo Salvador Rangel Mendoza y los presbíteros Benito Cuenca Mayo y Agustín Beltrán Flores, el obispado pidió al Congreso de Guerrero que en las futuras designaciones la presea le sea entregada a personas “realmente íntegras”. 
“Nos causa una profunda extrañeza que este Honorable Cuerpo Legislador, actuando en contra del espíritu de esa presea (…) lleve a cabo la designación como recipiendario a una persona con declarada agenda a favor del aborto”, se lee en el manifiesto. 
Asimismo, señalaron que la distinción se otorga a personas que hayan tenido una distinguida trayectoria que coincida con los principios políticos del Primer Congreso de Anáhuac y de los Sentimientos de la Nación, como son la lucha por la paz, la democracia, la defensa de los derechos humanos y los más altos valores de la humanidad. 
Por ello, consideraron que la designación de Garfias Marín como recipiendaria de la presea “está muy alejada de dichos principios” porque es una promotora del aborto. 
El obispo y los sacerdotes señalaron que el 10 de mayo de 2014, Garfias Marín pidió a los diputados locales aprobar la despenalización del aborto en Guerrero, iniciativa que fue rechazada ampliamente por la ciudadanía guerrerense que defiende la vida humana. 
También recordaron que el 19 de julio de este año, la feminista solicitó por escrito al Congreso local que las víctimas de violación puedan acceder al aborto sin presentar denuncia del delito ante el Ministerio Público, situación que contraviene las disposiciones legales vigentes y da impunidad a los violadores. 
Los representantes de la Iglesia Católica insistieron en que el derecho a la vida es intrínseco a la naturaleza humana, desde la concepción hasta la muerte natural, lo que es contemplado por diversos tratados internacionales vigentes, como la Convención Americana de Derechos Humanos y la Convención de los Derechos del Niño. 
El obispado ratificó su disposición para trabajar para la pacificación, la reconstrucción del tejido social y la defensa de los derechos humanos en el estado. 
Por ello, exhortaron a la 62 Legislatura local a que “en las futuras designaciones de la Presea Sentimientos de la Nación tengan consideración de que sea entregada a una persona realmente íntegra (…), que verdaderamente trabaje en la construcción de la paz, la democracia y los derechos humanos, especialmente de aquellos que no son escuchados y que tanta falta hace en nuestro estado y nuestro país”.