* Astudillo tiende puentes de diálogo
* Fue el primero en llamar a AMLO
* Félix le dice a HAF: “Hicimos historia”
Jorge VALDEZ REYCEN
Del ofrecimiento verbal, pasaron a los hechos. El gobernador Héctor Astudillo Flores cumplió ocho días reuniéndose por separado con cada candidato electo desde alcaldías, diputaciones y ayer con Félix Salgado Macedonio, virtual senador electo por mayoría.
Han sido reuniones cálidas, afectivas, propositivas y, además, ventiladas públicamente ante los medios. Nada de “en lo oscurito” o en secreto. Astudillo demostró desde ese mismo 1º de julio su reconocimiento al triunfo de Andrés Manuel López Obrador en su cuenta de twitter. Lo mismo sucedió con Olga Sánchez Cordero y con los candidatos declarados electos, como Adela Román Ocampo (Acapulco), Antonio Gaspar Beltrán (Chilpancingo), Jorge Sánchez Allec (Zihuatanejo), Marcos Efrén Parra Gómez (Taxco), entre otros.
La disposición de tender puentes de comunicación, diálogo y de reconciliación ha sido el tema de una agenda compartida por los protagonistas de una elección histórica, calificada como parteaguas en la vida política del Siglo XXI en México.
Son los primeros pasos de una relación donde la gobernabilidad del estado es el renglón más sensible que se debe cuidar, fortalecer y consolidar como el fin común. Más allá del voto libre, de los comicios del tsunami y el color guinda que dibujó todo el mapa del país. Con ese ánimo se estrecharon las manos, se fundieron en abrazos (unos efusivos, otros no tanto) el priísta y los morenistas.
Astudillo ya ha sido oposición. Lo aprendió con el gobierno de Zeferino Torreblanca Galindo, siendo alcalde de Chilpancingo. Luego con el de Ángel Aguirre Rivero, como diputado local… Hoy como gobernador de Guerrero lo será con Andrés Manuel López Obrador. Y no hay sobresaltos, ataques de insomnio, ni prejuicios falsos. El trabajo se hará y punto.
A la par de este nuevo ejercicio que a nadie debe espantar, ni tampoco alterar, han surgido voces de la fraseología sin fuente, o dicho sea en el guerrerismo: “mitote” que propalan “mitoteros” que el gobierno de Guerrero se va a caer, que habrá renuncias y cuanta fantasía sin rienda se ha desatado. Nada más inexacto como mentiroso.
La rumorología es perjudicial, más aún cuando se esparcen noticias falsas y no faltan incautos que todo lo creen y hasta añaden de su cosecha. Por ello es que desde hace ocho días el propio Astudillo ha ido al encuentro con los nuevos protagonistas de una clase política que gobernará con él en los próximos tres años. Con estos hechos, se echan abajo cualquier especulación o rumor infundado.
Ayer, en la oficina del gobernador Astudillo, en Palacio de Gobierno, Félix Salgado Macedonio repitió más de seis veces una palabra: paz. Lo dijo en todos los tonos, modalidades y momentos. De su encuentro con el obispo Salvador Rangel Mendoza, de los esfuerzos que hará junto al titular del Ejecutivo y del llamado a todos los guerrerenses que quieren vivir en paz.
Los puentes sirven para unir. Construirlos es de civilizados. Transitarlos corrobora su sólida edificación. Esa es la lección que deja el ejercicio de civilidad democrática, despojado de revanchismos y expresiones sectarias.
El acuerdo que se alcance entre todos los protagonistas seguramente se verá en corto plazo. Su efectivo avance dependerá, en buena medida, de la generosidad y desprendimiento de quienes inauguren esta etapa de acuerdos que ponga fin a disensos. Hasta ahora no hay muchos remolones, como Pablo Amílcar Sandoval, pero serán los menos. La construcción de los acuerdos es tarea colectiva y plural, no es en solitario ni asumiendo actitudes imprudentes.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.