* Alazraki, ¿publicista de Nestora?
* ¿Y Anaya, Napito, Loyoza Austin y Mireles?

ISAÍAS ALANÍS

La justicia mexicana goza de una holgura en asuntos peliagudos y saca a la luz o guarda por cinco años o más, los expedientes de diversos funcionarios y empresarios al servicio del estado. Ejemplos hay muchísimos. Están en esa lista, ex gobernadores, gobernadores, secretarios de estado, munícipes, senadores, diputados y agentes de la PGR y uno que otro policía y militares que han cometido delitos violatorios de los derechos humanos. Las cifras son alarmantes. México ha cedido la justicia y la aplicación de la Ley a momentos políticos y esta se ha configurado para perdonar o cobrarse facturas.
Un ejemplo es el de Emilio Lozoya Austin y la empresa brasileña Odebrecht. Pese a que existen declaraciones ministeriales en Brasil sobre los montos de millones de dólares entregados a Lozoya Austin por favores recibidos a través de contratos “especiales” sin licitación alguna y el destino de esos recursos que no llegaron todos a las cuentas personales del que fuera director de Pemex. La otra cara de la moneda de cobre y del otro lado de la luna, están las acusaciones que la PGR inventó por “sedición” a José Manuel Mireles Valverde, ex líder y fundador de los grupos de autodefensa de Michoacán. Según la PGR, Mireles y las autodefensas planearon ejecutar un plan para derrocar al gobierno mexicano. Semejante mentira no merece ni ser analizada. ¿Cómo un grupo de autodefensas van a intentar atacar al Estado, cuando lo que hicieron fue hacer lo que el Estado no cumple, como es la seguridad de los ciudadanos en Michoacán?
La persecución política por no haberle hecho caso a Alfredo Castillo, experto en buscar niñas muertas en su cuna, lo colocó en la lista de indeseables y por esa razón fue encarcelado. Tuvieron que transcurrir meses para que Mireles Valverde fuera excarcelado al no poder comprobar el delito de sedición, la PGR solo lo dejó en “apología o incitación al delito” y el de portación de armas exclusivas del Ejército, Fuerza Aérea y Marina.
Mireles, maltrecho y enfermo salió libre. Emilio Lozoya Austin, ni se enfermó, ni lo mantuvieron preso, ni le armaron una carpeta de investigación, al contrario, se “encriptó el caso de cinco a diez años.
El Caso de Napoleón Gómez Urrutia, heredero de los sindicatos mineros también en la lista de senadores por Morena, ha causado revuelo dado que Napito, conocido así en el bajo mundo de tiros mineros mexicanos, y sus conexiones con la industria automotriz y sindicatos canadienses que son los que explotan el oro de México, es la diana a la que se han enfocado los disparos mediáticos del candidato Meade y sus asesores mediáticos.
Estos ejemplos contundentes de la ausencia de justicia en México, o que la justicia es privilegiada y sólo para aquellos que “molestan” al Estado se les aplica con todo el rigor. Para unos, exoneración escandalosa, para otros, garrote penal.
Y cuando todo parecía que la candidata por Morena a una senaduría plurinominal, Nestora Salgado, pasaría sin pena ni gloria por el electorado guerrerense, una vez más, los asesores que le fallaron a EPN durante seis años, cometen la torpeza de indicarle al candidato José Antonio Meade Kuribreña que le salga al toro con tuiters incendiarios que terminaron por colocar a la ex líder de autodefensas de Olinalá, presa y exonerada al menos de la mayoría de los delitos que se le imputaron, en la cristalería de los medios de comunicación. “Mi visión para transformar nuestro país con orden y rumbo implica que, como presidente, aseguraré a los mexicanos un verdadero estado de derecho, donde los delincuentes estén en la cárcel, no en las calles, y mucho menos en el Senado”. El tuiter fatal colocó a Nestora Salgado en la cristalería mediática.
“Haiga sido como haiga sido”, a Nestora la consideró en su momento como presa política el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la Organización de las Naciones Unidas. La actual candidata de Morena al Senado fue detenida el 21 de agosto del 2013, acusada de secuestro y delincuencia organizada. Después de dos años obtuvo su libertad el 18 de marzo del 2016. Y bastaron unas líneas de Meade para que Nestora saliera del ostracismo mediático y su nombre inundara medios nacionales y extranjeros. ¿Quién es publicista de quién dear Alazraki? Porque si el candidato Meade Kuribreña cometió tan mala jugada mediática, Nestora, sin reflectores hasta antes del señalamiento, ahora es un personaje en los medios con gran audiencia.
En esta reyerta legal y de medios, Nestora fue absuelta de los supuestos delitos, Salgado reconoció que hay tres apelaciones en su contra: por secuestro, asesinato y robo de armas. “Está un proceso abierto de asesinato, pero ya dijo el juez que no hubo evidencia para que se me sentenciara por asesinato. La PGR dijo que cometí ese crimen y el juez resolvió que era inocente, que debía quedar libre. Aquí estoy, dando la cara. Le pido a Meade que ya no me difame. No se vale que estén utilizando esto para juntar votos”. (El Sur/25/V/08).
Isabel Miranda de Wallace, otro personaje controvertido, aprovecha la coyuntura y se le va encima a la ex comandanta de Olinalá, asegura que Nestora miente y que “tiene programada un audiencia para el 25 de junio”. (Agencia Reforma)
Este asunto nos recuerda el del entonces gobernador perredista de Michoacán, Leonel Godoy; su hermano, Julio César Godoy Toscano fue acusado por Francisco Frías Lara alias ‘El Chivo’, detenido en la costa grande guerrerense. “Con base en sus declaraciones, la SSP implicó también a Julio César Godoy Toscano — hermano del gobernador de Michoacán–, diputado federal electo por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Saúl Solís, ‘El Lince’, ex candidato a legislador por el PVEM en Apatzingán, forman parte de la estructura de La Familia
De acuerdo con Monte Rubido García, el medio hermano de Leonel Godoy era el encargado de coordinar las redes de protección institucional para las operaciones de La Familia en Lázaro Cárdenas, Arteaga y Nueva Italia. Actualmente, Godoy Toscano está prófugo debido a que existe una orden de aprehensión en su contra, al igual que Saúl Solís, el ex candidato del Partido Verde. ‘El Chivo’ reveló que ambos personajes trabajaban bajo las órdenes directas de Servando Gómez, ‘La Tuta’, uno de los líderes de esa organización delictiva que asumió el control operativo de ‘La Familia’, tras la detención de Arnoldo Rueda Medina, ‘La Minsa’. ‘La Tuta’ fue, según dijo El Chivo, quien ordenó el asesinato de los 12 agentes federales, y el ataque a las instalaciones de la Policía Federal”. (Proceso/julio/14/09).

En este enredo en que se ha metido Meade y por las declaraciones del ex procurador de Guerrero —a toro pasado— Iñaki Blanco, le apuntan las baterías a Nestora. Es para tronar a los candidatos de Morena o de plano les falló el cálculo estratégico. Nestora no era nadie y ahora tiene las ocho columnas y los medios masivos le dedican tiempo récord.
Y continúa su batalla verbal, en Fresnillo, Zacatecas, donde el candidato de la coalición ‘Todos por México’, José Antonio Meade afirmó, sin razonar el impacto de sus aseveraciones:
“Queremos desde ahorita decir, nuestro problema no es con Napoleón, él le robó a los mineros; nuestro problema no es con Nestora, ella violentó a su comunidad, nuestro problema es con quien quiere hacer a Nestora y a Napoleón senadores de la República, y desde aquí le decimos que no”.
Entonces, dear Pepe Meade, ¿no es asunto de legalidad y justicia pronta y expedita, sino premura electoral por el marcador en los cartones de las encuestas?
Nestora tiene que aclarar las imputaciones de dos ciudadanos víctimas de la ex coordinadora de la Policía Comunitaria de Olinalá; Dulce Rubí que en su apelación explica ser su víctima: “quiero pedir que se haga justicia; Nestora Salgado me tuvo secuestrada por tres meses. Pido justicia y exijo que se le retire la candidatura al Senado”.
El otro agraviado es el doctor Armando Patrón Jiménez —a quién conozco y estuve en su casa durante una sesión de grabación a trovadores olinaltecos organizada por el pintor Bernardo Rosendo— “Salgado lo secuestró y vejó hace un lustro, cuando fungía como síndico procurador municipal de Olinalá. Durante nueve días, dijo, fue encerrado en un lugar desconocido donde dormía de pie y no le daban de comer ni de beber, y suplicaba a los custodios que lo dejaran salir a “hacer las necesidades”.
“Estoy aquí para reclamar esa justicia que no se ha hecho, ni en mi estado ni en México. Ahora la están nominando a ser senadora de la República, qué pasa en México, qué pasa en Guerrero en especial, con estas personas que se les da alas para que sigan delinquiendo. Reclamo el retiro de la candidatura (a Salgado) para que no siga cometiendo abusos y se nos haga justicia a las víctimas”. (El Sur/25/V/18).
La lectura del caso Nestora está abierta, como también la de los conflictos de intereses de otro candidato de Morena en Acapulco por pleitos por terreno en Punta Diamante.
Pero lo que aquí priva es ¿hasta dónde llegará la justicia en los casos de Lozoya Austin, Mireles, Napoleón Gómez Urrutia y Nestora Salgado?
Dos ejemplos emblemáticos de cómo se las gastan los fiscales, jueces y demás parafernalia legaloide que en México alcanzó ya un retroceso histórico. Mientras estos casos permanezcan en la impunidad o cubiertos con la capa de la invisibilidad del Estado mexicano, o a los que se les aplica todo el peso de la Ley, estamos ante un Estado benefactor de unos y verdugo de otros.
La paradoja es que Mireles, Lozoya, Napoleón y Nestora sean medidos con el mismo rasero justiciero, y una adenda más, a Ricardo Anaya, ¿también podrían retirarle la candidatura por su posible participación en lavado de dinero y triangulaciones millonarias a paraísos fiscales?

DE REOJO

¿Que por veredicto del Tribulan Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE), Marco Antonio Leyva Mena, alcalde con licencia, regresará a la alcaldía de Chilpancingo, Capital de Guerrero?
Y el caos dejado, el desaseo de las finanzas y la reinstalación en pleno proceso electoral de MAL, ¿sepultaría bajo una losa las aspiraciones de la candidata tricolor en Chilpancingo?