* Jóvenes encapuchados que acompañaron a padres de los 43 estudiantes desaparecidos hace 3 años, lanzaron bombas molotov y petardos al interior del 27 Batallón de Infantería durante una manifestación

 

* También destruyeron un cajero automático de Banejército que está ubicado a un costado del acceso a esas instalaciones militares, ocasionando alarma entre la población que estaba en una plaza comercial 

 

JESÚS SAAVEDRA

 

IGUALA.— Un grupo de normalistas de la Federación Campesina Socialista de México (FECSUM) arremetieron contra las instalaciones del 27 Batallón de Infantería en esta ciudad de la zona Norte de la entidad, contra las que lanzaron cohetones, bombas molotov y piedras, durante una manifestación en la que se exigía la presentación con vida de los 43 estudiantes desaparecidos hace ya casi tres años en esta ciudad.

El contingente de los normalistas iba acompañado de padres de familia de los 43 normalistas desaparecidos y se trasladaron hasta esta ciudad desde la Normal de Ayotzinapa, a bordo de una docena de autobuses del servicio público del transporte.

Los padres de familias y los normalistas llegaron a Iguala a las 10:15 de la mañana y se dirigieron directamente a las instalaciones del 27 Batallón de Infantería por el acceso que se encuentra en el Periférico Oriente, frente a Plaza Tamarindos.

Ahí descendieron de los autobuses y de inmediato un grupo de muchachos, en su mayoría encapuchados, se apostaron frente a un portón de unos 8 metros que facilita el acceso a las instalaciones militares, al que empezaron a golpear y a empujar con la intención de introducirse al interior.

Los jóvenes no lograron derribar el portón, pero se percataron de que en el interior se había dispuesto ya un operativo de resguardo con la participación de unos 50 policías militares que se encontraban a unos diez metros de distancia.

Afuera, el vocero de los padres de los 43, Felipe de la Cruz Sandoval inició un mitin en el cual dijo que cuando están por cumplirse 3 años de la desaparición de los normalistas, “vemos insensibilidad, apatía del gobierno de México para investigar la responsabilidad de los militares en estos hechos”.

Aseguró que elementos del 27 Batallón intervinieron directamente en la desaparición de los 43 normalistas, “pero hay un disimulo de las autoridades, por eso nos estamos manifestando en este Batallón que forma parte del crimen del 26 y 27 de septiembre del 2014”.

De la Cruz Sandoval aseguró que no era la intención irrumpir en el Batallón, “sino demostrarle al pueblo que el Estado es el responsable de esa desaparición y que tienen que ser castigados”.

Insistió que están demandando que se investiguen en cuatro líneas como la del Ejército, “por su directa participación en los hechos, que se investiguen a policías de Huitzuco, a policías federales y que no se centren solo en la falsa teoría de la incineración en el basurero de Cocula, que se investiguen los teléfonos celulares activos”, agregó.

Añadió que “la PGR sigue pensando que se nos van a olvidar nuestros muchachos, (pero) esta es una muestra que no y que las autoridades forman parte de esa desaparición”.

Recordó que la PGR les pidió de plazo hasta octubre y que habría avances en las investigaciones de unas líneas telefónicas activas de normalistas desaparecidos y que en la geolocalización los ubican en el Campo Marte de la Secretaría de la Defensa, en las instalaciones del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) y en la comandancia de la policía de Huitzuco.

Melitón Ortega, padre de uno de los 43 muchachos desparecidos, señaló que no quitarán “el dedo del renglón de la responsabilidad del Ejército en esta desaparición, no vamos a caer derrotados y que nos sigan engañando mientras el Ejército anda en la calle asesinando y desapareciendo”.

El mitin solo duró unos 30 minutos y enseguida se les pidió a los padres que se retiraran del lugar, pero fue en ese momento que los normalistas encapuchados volvieron a golpear el portón y a insultar a los militares.

Después arrojaron pedazos de tabique y piedras que encontraron afuera de esas instalaciones, mientras otros estudiantes arrojaron bombas molotov, otros más con tubos de PVC habilitados como lanzaderas tiraron cohetes y bombas de fabricación casera al interior de las instalaciones militares.

La refriega duró unos 4 minutos, pero antes de retirarse un grupo de jóvenes colocó dentro del cajero del Banco del Ejército que se encuentra a un costado del acceso al 27 Batallón, un artefacto explosivo que cimbró la zona, porque al estallar rompió en pedazos los cristales del cajero.

Los normalistas y los padres enfilaron por el Periférico hacia la salida a Chilpancingo para retirarse de regreso por la carretera federal hacia la capital del estado.

Luego de la retirada de los normalistas, trabajadores de la Plaza Tamarindos, comerciantes y curiosos se acercaron espantados para ver lo que estaba ocurriendo.

En tanto, un grupo de militares salió de sus instalaciones para hacer algunas diligencias y se retiró de manera inmediata; por el lugar pasó diez minutos después una patrulla de la Policía Federal y otra del municipio que se retiraron hacia la zona donde salieron los autobuses de los normalistas.

Como consecuencia del terremoto ocurrido el pasado martes, los padres de familia han cambiado el plan de acción en el marco de este tercer aniversario de la desaparición de sus hijos.

Por ejemplo, el viernes se tenía contemplada una protesta en el Congreso del Estado y se suspendió por la toma de la caseta de peaje de Palo Blanco; para este sábado se tenía contemplado la toma de estaciones de combustible en esta capital y en varias ciudades, pero se modificó por la protesta en el 27 Batallón de Infantería.

Para este domingo el cronograma de actividades marcaba una protesta en palacio de gobierno, en Chilpancingo, pero los padres de los 43 no confirmaron si la llevarán a cabo.

También es muy posible que cambien su decisión de realizar una marcha nacional en la Ciudad de México el próximo martes 26 de septiembre, cuando se cumplen 3 años de lo ocurrido en Iguala, debido a la emergencia que se vive en la capital del país, donde se realizan trabajos de rescate de sobrevivientes y de remoción de escombros de edificios colapsados por el temblor.