Las “izquierdas”, siempre adelantadas, impacientes y con sus broncas de siempre.— Ricardo Monreal le hará un gran boquete a Morena en la CDMX.— El PRI tiene un gobierno fuerte y mantendrá muchos espacios
Enrique Vargas
En la etapa posrevolucionaria, los grupos y personajes de la izquierdas política han estado presentes y siempre se han hecho notar, aunque sólo han quedado en el papel de colaboradores, espectadores y muy pocas veces como protagonistas, aunque como partidos han sido más bien marginales, porque el Partido Comunista Mexicano (PCM) estuvo vedado, aunque luego surgió el Partido Popular Socialista (PPS), de Vicente Lombardo Toledano, que casi siempre jalaba con el PRI y más adelante el Partido Socialista Unificado de México (PSUM), que dio lugar al Frente Democrático Nacional (FDN) que postuló a Cuauhtémoc Cárdenas a la Presidencia en 1988.
Tras la falsa derrota de Cárdenas, surgió el Partido de la Revolución Democrática, impulsado por el excandidato y por Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez de Navarrete, Heberto Castillo y El Peje, Andrés Manuel López Obrador, y algunos otros que se me escapan, ya que cito de memoria.
Hasta ahora, esas “izquierdas” no han podido dar el gran salto a la Presidencia de la República, donde se les adelantó el PAN, que la tuvo en dos sexenios, del año 2000 al 2012, aunque con resultados más que pobres que no hacen recomendable que vuelva a ese puesto, porque sólo dejaron la “guerra del calderonato”, que sigue provocando miles de muertos.
RICARDO MONTREAL LE HARÁ UN GRAN BOQUETE A MORENA EN LA CDMX.— Ahora Morena va en busca de la primera magistratura del país, con López Obrador, que ya perdió las dos anteriores contiendas, por lo que no se ven muchas posibilidades de que ahora logre ganarla, porque ya arrastra más problemas, deficiencias, muestras de corrupción y la división que acaba de provocar en la Ciudad de México, al imponer a Claudia Sheinbaum y marginar a Ricardo Monreal, que podría optar por la postulación con el PRD y el PAN unidos, por ejemplo.
Tal vez Monreal no pueda vencer a AMLO, pero le va a causar un daño considerable, lo que resulta importante para lograr un mejor equilibrio político en la Ciudad de México, lo que ya es ganancia.
Aquí, en Guerrero, los morenistas encabezados por Amílcar Sandoval tratan de desbaratar al PRD, que de por sí ha facilitado que las acciones en su contra se amplíen por su alianza con el PAN, que en el estado no tiene nada que ofrecer, pero que ya le causó un daño considerable, sólo por haberlo planteado y negociado inicialmente.
La dirección en manos de Beatriz Mojica y Celestino Cesáreo, ha llevado a ese partido a su peor crisis, al grado que lo pone al borde del peor fracaso, porque esa necedad de aliarse con una derecha pobre e improductiva, ya provocó una desbandada y hasta las bases más apegadas están emigrando con Morena, donde también ya se ubicaron los ex secretarios generales de ese partido.
Ahí están Saúl López Sollano, Félix Salgado Macedonio, Misael Medrano, Ranferi Hernández Acevedo y del Consejo Político perredista, Mauro García, Apolinar Segueda y Carlos Sánchez Barrios, entre otros, quienes en lugar de buscar la manera de fortalecer y rescatar a su partido, prefieren fugarse con AMLO.
En fin, que como siempre, las izquierdas mantienen su actitud histórica de enfrentarse entre ellas, de ponerse zancadillas y de tratar de mermar al socio o al expartido de sus preferencias, para beneficiar al nuevo o al que ofrece las mejores posibilidades de ganar algo o la mayor parte de lo que estará en juego.
Allá, en la parte directiva de Morena, se diputan la dirigencia y la toma de decisiones, Pablo Amílcar Sandoval, César Núñez Ramos y hasta Marcial Rodríguez Saldaña, además de otros dirigentes menores, porque esa es otra de las características de los izquierdosos, que tienen poca disciplina partidista y todos quieren ser dirigentes y tomar las decisiones de las acciones a realizar.
EL PRI TIENE UN GOBIERNO FUERTE Y RETENDRÁ MUCHOS ESPACIOS.— En esta ocasión no está en juego la gubernatura del estado, que está en buenas manos, aunque los problemas se complican seriamente por el elevado nivel de violencia y por las graves deudas que le dejaron los gobiernos del PRD, precisamente, que suman 13 mil millones de pesos, por lo que ahora quieren culpar al gobernador Héctor Astudillo de que no alcanza a cumplir las necesidades y resolver los problemas que le heredaron, pero se trata de un gobierno bien orientado, mejor dirigido y con un proyecto de trabajo de mucha intensidad, de modo que no es por falta de esfuerzo que no se avance mejor, sino porque le dejaron tan malas condiciones que no podrán superarse ni siquiera en los seis años del mandato gubernamental, porque las deficiencias y la corrupción de los gobiernos del PRD sobrepasan las posibilidades de superarlos en un sexenio.
A pesar de los problemas el gobierno priista del estado es fuerte, porque mantiene amplia relación con todos los ayuntamientos, al grado que se ve, por ejemplo, que Héctor Astudillo gobierna más en Acapulco que el deficiente de Evodio.
Ante Morena, el PRI tiene buenas posibilidades de ganar varias de las posiciones principales en el estado.
Pueden competir con muy buen nivel por las senadurías, aunque aún no hay candidatos, lo mismo que en las diputaciones federales y las locales, en las que ya no habrá carro completo para ninguno de los contendientes.
Lo priistas van a retener Chilpancingo, no obstante que se culpa a Marco Antonio Leyva Mena de hacer un mal gobierno, pero lo cierto es que ha cumplido bien y las acusaciones responden a intereses sectarios o políticos.
También puede recuperar Acapulco, donde Evodio Velázquez casi lo ha entregado, con tantas deficiencias, corruptelas y errores; se va a conservar Iguala, con un buen candidato, aunque ahora haya un gobierno débil e ineficiente, aparte de recuperar Zihuatanejo y mantener la mayoría de las alcaldías que actualmente maneja.
La competencia central será entre el PRI, que tiene la mejor estructura, la que fortalece y actualiza Heriberto Huicochea, y Morena, donde primero tienen que resolver las disputas internas y someterse absolutamente a El Peje, que es el dueño de su partido, que para eso lo creó, para decidir absolutamente todo lo que ahí se mueva y se maneje.
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