Alejandro Mendoza

 

En la vida existen prácticamente dos tipos de personas, los buenos y los malos, no hay un término medio. Incluso, se es bueno o malo, por conciencia o inconciencia, de manera activa o pasiva, por acción o coacción.

Se califica toda acción del ser humano en todas las áreas de la sociedad en función de estos dos comportamientos, se hace bien o se hace mal.

Los malos y los buenos son conceptos que por tanto se contraponen y que muchas veces se utilizan con la misión de persuadir a un colectivo social respecto de una persona o de un grupo que no comparte su manera de pensar o de actuar.
La política usa mucho esta estrategia de demonizar y catalogar de malo a un dirigente político para que el electorado le tema, y así quitarle votos o intencionalidad de los mismos.
En la ficción también es sumamente corriente apreciar el enfrentamiento entre buenos y malos.
En las telenovelas tradicionales siempre habrá un personaje protagónico asociado a la bondad, y otro por el contrario a la maldad, que le hará la vida imposible, y que cada acción que despliegue tendrá como misión ponerle obstáculos y complicarle a la protagonista buena la consecución de su felicidad.
Normalmente, el público empatiza con los buenos y no con los malos, tanto en la vida real como en el mundo de la ficción, a quienes incluso les cree la maldad personificada y suelen atacarlo fuera de la pantalla si se lo cruzan en la vida por fuera de la historia ficcional.
En las historietas de comics y en las películas de superhéroes también se encuentra muy marcada la presencia de personajes que están dedicados a crear maldad, y otros que buscan combatirlos a como dé lugar, practicando obviamente el bien, desarrollando acciones buenas que desbaratan los actos malos que siembran a su paso los malos.
Un ejemplo emblemático de esta tipo de historias es el enfrentamiento histórico entre el superhéroe Batman y el villano Guasón.
Y en la vida real, parece que el mal le ha ganado terreno en la sociedad, en la política, en la economía, en la sociedad, en la cultura, en el deporte, en la familia, es decir, casi en todos lados.

Se puede afirmar que políticos buenos y malos, médicos buenos y malos, maestros buenos y malos, gobernantes buenos y malos, profesionistas buenos y malos, abogados buenos y malos, policías buenos y malos, jueces buenos y malos, en fin, ciudadanos buenos y malos.

Definitivamente creo en la tesis que el mal sólo se vence con el bien, de ninguna manera, el mal puede vencerse con el mal. Y la verdad es que uno no debe cansarse de hacer el bien, porque a su tiempo, definitivamente se cosechará. Y en la actualidad es el bien el que hace falta mucho.

Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz

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