Alejandro Mendoza
Conforme el tiempo transcurre rumbo al 2018, parece inevitable el escenario de la coalición del PRD-PAN en virtud del crecimiento sostenido del partido político de Andrés Manuel López Obrador, Morena, quien ya acordó la coalición con el PT, partido que declinó a favor de su candidata Delfina en el pasado proceso electoral del Estado de México.
La aparición del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, en un acto político en Acapulco la semana pasada, da cuenta del pleno interés político por hacer sombra al tabasqueño en su tercera contienda por la Presidencia de la República. Y sobre todo cuando expresa su consentimiento al Frente Amplio Democrático (FAD) que propusieron Los Chuchos y sus aliados, y que considera la coalición con el PAN.
Mancera ya viene en un acuerdo político con Los Chuchos para tratar de conservar el gobierno de la Ciudad de México, en donde todas las encuestas anuncian que AMLO y su Morena ganarían la elección del próximo año, debido a su posicionamiento en primer lugar de las preferencias electorales a lo largo de varios meses.
Y aunque Mancera no ha sido militante del PRD, la posibilidad de que pudiera él encabezar el FAD se abre ante la postura de que sea un candidato ciudadano el que una los intereses de todos lo que quieren evitar que AMLO gane la Presidencia de la República.
Los Chuchos han endurecido su postura de empujar el FAD ante la tajante negativa de AMLO de una coalición entre Morena y PRD, aunque en realidad el dos veces excandidato presidencial perredista, se refiere justamente al PRD de Los Chuchos, no a la base o dirigencias contrarias a esa expresión política que tiene prácticamente el control de ese partido político.
Lo cierto es que personalidades de la izquierda, grupos políticos y ciudadanos organizados, dirigentes de expresiones políticas contrarias dentro del mismo PRD y hasta las que son parte de esa alianza con Los Chuchos, coinciden en que la práctica política de esa cúpula ha llevado al PRD a la compleja y complicada situación que atraviesa en cuanto a su congruencia e identidad ideológica y los principios de izquierda.
También pierde peso el argumento de que para sacar al PRI de Los Pinos es necesario aliarse hasta con el PAN, porque el PAN ya gobernó el país con Fox y Calderón como presidentes de la República con saldos negativos de sus dos sexenios que llevaron a la nación a la situación que se encuentra.
Por su origen y por su propia naturaleza ideológica, el PRD debería estar en la ruta de transitar en un gran bloque de izquierda para ganar la Presidencia de la República con la persona mejor posicionada en ese sentido, que sin duda es AMLO, quien ha sido su candidato en dos ocasiones.
Ante esta gran posibilidad en puerta, así debería ser, pero no es así. El PRD de Los Chuchos y AMLO tronaron cuando los primeros decidieron pactar con Calderón abandonando la lucha postelectoral de AMLO, quien alegó fraude electoral. Entonces AMLO fundó su partido Morena, por eso la historia de los intereses y sentimientos políticos de ambos parecen irreconciliables.
La fuga de dirigentes, militantes y simpatizantes del PRD hacia Morena, le permiten a AMLO mantener su postura de no coaligarse con esa parte cupular del PRD. Su estrategia le funciona.
Es cierto también que una posible coalición entre el PRD-Morena potencializaría un eventual triunfo de la izquierda en México en el 2018, pero AMLO prefiere consolidar su fuerza política en México que garantizar la Presidencia de la República, a través de Morena, y en tal contexto pasaría a formar parte, consciente o inconsciente, de lo que tanto ha criticado: “La mafia del poder”.
Y por su lado, el PRD de Los Chuchos prefiere resguardar con sus aliados sus propios intereses, que los intereses de la Nación, aunque eso signifique terminar por apartarse de los principios y objetivos que le dieron origen.
Pero en política nada está escrito y todo puede cambiar de un momento a otro, y rumbo al 2018 todavía queda tiempo, poco, pero aún queda.
Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría y sea feliz