* Evodio: Rebelde y por la libre

* Un Congreso local ninguneado

* Deudas, yate lujoso y frivolidades

 

Jorge VALDEZ REYCEN

 

–¡Tengo derecho al recreo, ¿o no?! –retó malhumorado, engallado, Evodio Velázquez Aguirre a sus críticos.

El alcalde de Acapulco no escondió su enojo ante reporteros que lo cuestionaron por tres episodios que han dado paso a escándalos, escaramuzas y un marcado impulso de rebeldía y confrontación de su administración municipal llena de frivolidades.

Lo primero fue autorizar dos millones de pesos para que una comitiva de regidores y el síndico de Gobernación y Seguridad Pública viajaran a Madrid, España, a la Feria Internacional de Turismo (FITUR), cuando era innecesario y nada tenían que hacer en una sobre representada delegación guerrerense que echó la casa por la ventana al calor de las botellas con mezcal.

Evodio se encogió de hombros. El Gobierno de Guerrero mandó a 28 funcionarios, dijo. Y legitimó el viaje de placer de los regidores y síndico.

Luego, en cadena, la influyente firma norteamericana Fitch & Ratings, desnudó un empréstito de 158 millones de pesos del Banco Interacciones al gobierno municipal de Acapulco, sin el aval y la aprobación del Congreso del Estado. Menudo escándalo, pues la ley no autoriza a ningún Ayuntamiento contratar deuda sin que la Cámara de Diputados lo analice, discuta y en su caso lo apruebe. Le valió madre a Evodio y por su rebeldía se fue por la libre con 158 millones de pesos de deuda.

No puede argumentar ignorancia o desconocimiento legal Evodio, ya que fue diputado federal y lo poquito que aprendió fue a saber cómo se hacen de dinero las autoridades legalmente constituidas.

Lo grave de este desliz, es que Evodio actuó con toda la intención de pasarse por el arco del triunfo a los diputados y diputadas del Poder Legislativo. El saldo es que la falta de pago al crédito autorizado dejará nuevamente a Acapulco en la quiebra, como lo declaró el personaje de tan mala memoria Luis Walton Aburto, que le dio la vuelta al mundo con un titular histórico: “Acapulco está en quiebra”.

Para colmo de toda la sarta de frivolidades registradas, Evodio es filmado en un yate lujoso –no se confirma si es de su propiedad y cuánto le costó o si fue rentado o prestado por algún “mecenas” de la aristocracia a la que tiene como círculo de amistades un alcalde surgido de las filas de la izquierda democrática— dándose una vida que ofende a la miseria y pobreza de miles de acapulqueños que habitan en los cinturones de pobreza en las colonias Zapata, Renacimiento, Polígono D y del Valle de la Sabana.

Evodio ha montado en la impudicia del gobernante ególatra, despreciando a los que sobreviven en condiciones de pobreza y miseria y luciendo su propia pobreza de ética, moral y decoro. Imagine el lector que en la costera Miguel Alemán a la misma hora que había una marcha multitudinaria de rechazo al gasolinazo, a unos dos kilómetros, en la bahía de Santa Lucía, estaba el alcalde Evodio navegando en el yate y por teléfono recibía pormenores de incidentes y demás asuntos.

No es cosa del otro mundo. Pero deja un precedente anecdótico: a los porteños los gobierna un rabanito: rojillo por fuera y blanco por dentro. Alguien que nunca en su vida gastó 60 mil pesos en vuelos de avión privado a la CDMX-Acapulco, cuando vivía en una modesta casa en el fraccionamiento Francisco Villa y ahora es residente de Las Brisas.

Sí tiene derecho Evodio, pero a hacer públicos sus bienes personales. Es exigencia que presente su declaración 3de3 de los servidores públicos y haga transparente su vida económica como alcalde. ¿Por qué no invita a niños de la calle a paseos en el yate? Aunque después los devuelva a su vida donde el hambre y miseria son la constante de todos los días.

Evodio avergonzó a la izquierda, a su partido y a los miles que lo eligieron. Hoy los diputados han enmudecido, ante el endeudamiento procaz, ilegal, pero además indecente e indecoroso. Ni a cuál irle, ¡¡¡chingada m….!!!

Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.