Jorge VALDEZ REYCEN

 

* Protagonismo de opositores en Iguala

* Nadie nos va a poner de rodillas: HAF

* Frente común vs. arrogancia y soberbia

 

Héctor Astudillo Flores nunca mencionó a Donald Trump, pero lo encaró con fuerza: “vamos a construir un frente colectivo los guerrerenses para enfrentar la arrogancia de quien piensa que los mexicanos nos vamos a poner de rodillas”.

Y añadió, con energía y determinación: “Desde aquí, desde Iguala de la Independencia, (le) decimos (a Trump) que nuestra dignidad está probada y nuestra dignidad es ejemplo de México por eso estamos firmes en la defensa de México y de Guerrero. Viva México… ¡Viva Guerrero!”.

Un coro de 12 personas con playeras de “Los 43” encabezados por una regidora igualteca del PRD llevó el protagonismo de la protesta a una ceremonia pública y solemne del Congreso del Estado, donde el “Fuera Peña” y las consignas no opacaron ni boicotearon la ceremonia.

– Déjenlos… tranquilos. Son parte de estos tiempos de tolerancia y democracia –atajó Héctor Astudillo a su equipo de seguridad.

– Son provocadores –le dijo el reportero. Y Astudillo asintió con la cabeza, en un gesto de tolerancia y comprensión a su dolor y su enojo.

Astudillo acababa de pronunciar uno de los discursos más encendidos, vigorosos y de alto contenido de repulsa a quien ha ofendido a los mexicanos con la construcción de un muro en la frontera. Sin mencionar al presidente norteamericano Donald Trump, siquiera, el gobernador de Guerrero extrajo pasajes históricos de la lucha independentista de México y los expuso en el presente “donde la arrogancia pretende poner de rodillas” a los mexicanos.

A escasos 15 metros del templete, el edificio del Palacio Municipal aún permanece en ruinas tras el incendio y saqueo de hace dos años en las protestas violentísimas por la tragedia de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Y por supuesto que Astudillo mencionó esos “acontecimientos tristes y trágicos para México, que nadie deseó, que nadie festeja y que todos seguimos condenando”.

La regidora del PRD que lanzaba consignas contra Peña Nieto, se acercó al gobernador Astudillo para reprocharle “esos discursos que a nadie interesa”. Astudillo la miró y con respeto escuchó. La mujer alzó la voz para que periodistas recogieran sus palabras, en un afán protagónico. Astudillo contuvo a su equipo de seguridad y luego caminó hacia su camioneta.

Antes respondió una ronda de preguntas sobre el plan de austeridad, los 200 millones de pesos que significarán el ahorro a las reducciones de sueldos, salarios, prestaciones y gastos de telefonía, viáticos y de seguridad en escoltas.

Iguala fue referencia histórica, no sólo en el discurso, sino en una realidad que sigue latente, activa. Es la ciudad de 141 mil habitantes que fue sacudida por un siniestro evento que aún duele en las entrañas. Era el momento de salir al paso de las ofensas, injurias y majaderías con diplomacia de una pieza oratoria vibrante, exaltada por sucesos reales, donde la historia empuja al presente.

Es la defensa digna ante el oprobio. Y Astudillo fue puntual y enérgico.

Iguala permaneció expectante ante el desarrollo de la ceremonia solemne de Poder Legislativo. Guardó respeto a los 12 opositores y críticos que guardaron silencio en los honores a la enseña nacional y en el canto del himno nacional.

La estrofa más encendida que se escuchó fue: “más si osare un extraño enemigo, profanar con su planta tu suelo… Piensa ¡Oh Patria, querida! Que el cielo… un soldado en cada hijo te dio”.

Y retiemble en su centro, la tierra… al sonoro rugir del cañón…

Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.