Se vienen duras

 

Felipe Victoria

 

Nos la dejaron ir y ya ni modo, no hay vuelta atrás ni protestas que los hagan recular; la supresión o disminución del subsidio a combustibles llegó para quedarse y seguir con ajustes mensuales y hasta diarios, además por zonas y regiones.

La gente afectada entiende que subió de precio la gasolina y a partir de ahí se desencadena una cascada de aumentos en los precios de todo, se enoja y protesta, mientras grupos de malandrines hacen de las suyas y aprovechan para saquear comercios y vandalizar en la mayoría de estados de la República.

A capa y espada el gobierno federal defiende la medida que tuvieron que tomar por muy impopular que resultara, la dilataron por razones electorales primero, y después por torpes y negligentes para explicar al pueblo el asunto antes de soltar el incremento de golpe y porrazo, aprovechando la borrachera de festejos; entonces una de las fallas fue la comunicación y manejo de prensa.

En ese aspecto Enrique Peña Nieto se quedó muy desprotegido desde que quitaron de ese encargo al eficiente David López, gracias a cuyas artes durante el gobierno del mexiquense, sucediendo en Toluca a su tío Arturo Montiel Rojas, nunca trascendió el hervidero del narco en esa entidad, para no obstaculizar la carrera de Peña hacia la Presidencia.

A David López lo premiaron con una diputación, según creo haberme enterado, y se ocupó de esa área, me cuentan que Aurelio Nuño. Con razón entonces le comenzaron a llover ataques al presidente, pero por aquello de las predilecciones, en vez de botarlo le dieron de premio la Secretaría de Educación Pública, que el zorro Emilio Chuayffet botó a tiempo, calculando que la oposición a la Reforma Educativa pudiera generar una revolución e insurgencia magisterial incontrolable, un estigma que no quiso ganarse.

En mala hora el presidente dio el cargo repudiado al tierno Aurelio Nuño, igual de ineficaz que el ocurrente Alfredo Castillo, que en ninguna parte la hace bien, pero la cuatitud es la cuatitud y aunque se equivoque, el que manda vuelve a mandar.

Ejemplo reciente de ello haber puesto de canciller al que comenzó declarando que de diplomacia no conoce nada, pero está dispuesto a aprender. ¡Ufff!, al cabo pudiera ser por unos cuantos meses en lo que se decide si lo hacen candidato tricolor a la Presidencia en 2018, al cabo el partido va en caída libre y solito nunca ganaría.

Con la despedida de Agustín Carstens y el extraño retorno de José Antonio Meade Kruribreña a la Secretaría de Hacienda, es él quien saldrá manchado cuando el dólar dentro de poco alcance la paridad de a veinticinco pesitos.

Y pensar que muchos alucinaron que Meade era el escogido y hasta las alitas se le cayeron a Miguel Ángel Osorio Chong, igual que a Manlio Fabio Beltrones por el fracaso electoral priísta de junio de 2015.

¿Le gustará el póker al nuestro presidente?, no lo sé, pero sí se le nota el As bajo la manga que trae y responde al nombre de Luis Enrique Miranda Nava, de la noche a la mañana colocado junto a los punteros en la carrera, por aquello de que caballo que alcanza gana.

Pero no, como dijera hace décadas el ingeniero Rubén Figueroa Figueroa: la caballada está flaca, y además con el engrudo hecho bolas, y ninguno atraviesa por su mejor momento, limitados a echar discursitos en apoyo a las ocurrencias superiores.

Ahora más que nunca ven como ultra peligroso al tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, que ha hecho crecer a su Morena pero conserva bajo la mesa y desde lo no tan oscurito lo que aún queda del multifragmentado PRD en fase de desmoronamiento y amorenamiento, con un reserva que no la levanta: Miguel Mancera, padre putativo del disque nuevo DF, posible y lógico declinador a futuro como aquel “Juanito”, el de Iztapalapa.

A López Obrador lo sueñan en pesadillas como por fin real presidente en 2018, emprendiendo una cacería de brujas ordenando el decomiso de muchas fortunas oscuras y encarcelando a los que no escaparan del país a tiempo, comenzando desde mero arriba y con exgobernadores o secretarios de Estado.

Quien sabe cómo anden cotizados los Aburtos solitarios a estas alturas, pero pudieran ocurrírseles “soluciones” menos drásticas que un autogolpe de Estado y el exilio a tiempo estilo Don Porfirio; quizá darle registro a un nuevo partido, fuerte de origen, que aglutine a priístas, panistas y perredistas de pura cepa, que aliados en coalición le ganaran las elecciones al Peje.

No es exceso de imaginación sino resultado de esas charlas “Galileo” no tan secretas entre una tercia de personajes con gran influencia en sus respectivos partidos fuertes: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano por el PRD; Diego Fernández de Cevallos por el PAN y Manlio Fabio Beltrones Rivera aún priísta; hagamos memoria de lo que sucedió cuando al tricolor le brotó su Corriente Democratizadora allá por 1988.

Una alianza coalicionista pudiera ser la salvación antes de dar paso una situación como la de Chile en los setenta, cuando dejaron ganar a Salvador Allende pero ocurrió la desgracia y el subsecuente Pinochetazo.

Analizar el panorama con la cabeza fría, sin calenturas partidistas ni premuras.