Palemón Díaz

 

Un día después de la elección presidencial en la Unión Americana, el presidente Enrique Peña Nieto y el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, pactaron reunirse durante el periodo de transición para definir, con toda claridad, el rumbo que habrá de tomar la relación entre ambos países.

Posteriormente frente a los concesionarios de radio y televisión del país, reunidos en su asamblea anual, Peña Nieto pidió a los mexicanos “estar unidos en éste nuevo capítulo” de la relación con Estados Unidos, luego de los comicios donde resultó ganador el republicano Donald Trump.

A través de un comunicado, la embajadora de ese país en México, Roberta Jacobson, consideró que se deberá continuar con el trabajo para fortalecer los lazos entre México y Estados Unidos.  Ambos países comparten una frontera de más de 3 mil kilómetros por donde cruzan más de un millón de personas al día, además de una relación comercial que en 2015 superó los 532 mil millones de dólares y de la que dependen 6 millones de empleos en el país vecino.

Si el futuro presidente de Estados Unidos cumple cualquiera de sus amenazas, desde las deportaciones masivas hasta la ruptura del Tratado del Libro Comercio (TLC), la economía mexicana entrará en un inmenso agujero negro; un túnel que México ya ha atravesado otras veces.

Para algunos analistas la inestabilidad financiera apenas empieza porque en cuanto el Presidente electo de Estados Unidos vuelva a abordar los temas que motivaron los temores previos de su elección, como los asuntos comerciales o migratorios, no sería nada raro ver de nueva cuenta oleadas de inestabilidad financiera.

Por esta razón, el Secretario de Hacienda, José Antonio Meade y el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, en conferencia reiteraron que México tiene fundamentos macro económicos sólidos para enfrentar, como en otros episodios, dicha inestabilidad.

El Secretario Meade comunicó “el compromiso que hacen las autoridades del país es que en la medida que se obtenga información adicional y estando vigilantes de nuestro entorno de mercado, se procederá a ajustar la política fiscal, monetaria, financiera y comercial, buscando que se mantengan nuestros fundamentos macroeconómicos sólidos, lo que es esencial para cuidar del valor de nuestra moneda”.

Por su parte, Agustín Carstens comentó que en la próxima junta de gobierno que es la presente semana, se decidirán cuestiones en materia monetaria. “El Banco de México en el ámbito de su competencia y siguiendo el calendario preestablecido, pondera la situación y tomará las decisiones de política monetaria que su junta de gobierno considere pertinentes para tener una inflación baja y estable”.

En otro frente, Juan Pablo Castañón, Presidente del Consejo Empresarial y los Secretarios de Gobernación, Miguel Angel Chong; de Hacienda, José Antonio Meade y de Economía, Idelfonso Guajardo, se reunieron el pasado viernes y acordaron trabajar con unidad en las negociaciones del Tratado del Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y seguir adelante en el Acuerdo de la Asociación Transpacífico (TPP).

Anunciaron también apoyos para los mexicanos deportados por las autoridades estadounidenses.  El objetivo es dar a los paisanos la oportunidad de reinsertarlos en la vida laboral de México. En promedio, la repatriación de mexicanos aumentó 6 por ciento este año respecto a 2015.  Este proceso ha afectado no solo a quienes recientemente cruzaron la frontera norte, sino mexicanos que llevaban años e incluso décadas en Estados Unidos.

Los funcionarios aseguraron que enfrentarán con optimismo el reto que se presenta en la nueva relación con Estados Unidos.

pale_diaz@yahoo.com.mx