ISAÍAS ALANÍS

 

* Medalla Belisario Domínguez

* El “Señor de los Vuelo”

* Héctor Astudillo: cambios

 

Si la medalla Belisario Domínguez nace el 28 de enero de 1953 cuando se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto por el cual se creaba y que se entregaría en Sesión Solemne con el fin de honrar la memoria de este mexicano ilustre, asesinado el 7 de octubre de 1913, durante el régimen de Victoriano Huerta, por expresar sus ideas con libertad, y a lo largo de decenas la han obtenido hombres de la talla de León Portilla, Carlos Fuentes, Tamayo, entre muchos, y muy pocas mujeres, por cierto.

En un México convulsionado como el actual, curiosa analogía, el doctor Belisario Domínguez tomó posesión como senador por Chiapas el 5 de marzo de 1913, durante el periodo de sesiones extraordinarias de la XXVII Legislatura. El 7 de octubre de 1913, tras un enfrentamiento con el régimen de Huerta, el legislador fue arrestado por la policía, sin que volviera a saberse algo más de él hasta agosto de 1914, cuando se halló su cadáver en el panteón de Coyoacán, donde lo habían enterrado clandestinamente.

A la caída del gobierno de Francisco I. Madero en febrero de 1913 por un golpe militar comandado por Victoriano Huerta, se vivía en el país un ambiente de inconformidad y represión. Otra prueba: la Decena Trágica y la desaparición de varios legisladores.

La causa de su “levantón” y muerte fue gracias a que el senador Domínguez escribió un discurso en contra del informe de labores de Huerta, el 16 de septiembre. Como no le fue permitido leerlo en la tribuna hizo varios manuscritos y los dejó en los escaños de los senadores. Ahí acusaba a Huerta de engañar a la nación. No había hecho nada por pacificar al país —cualquier parecido con la realidad no es coincidencia— y que la revolución se había extendido por casi todo México. En el mismo documento, hace referencia al mal estado de la economía, al control de la prensa y a las violaciones a la soberanía estatal y nacional, ya que el embajador de los Estados Unidos facilitó el golpe de Estado en contra de Madero.

Asimismo, con valentía, lo llamó traidor y lo hizo responsable de los asesinatos de Francisco I. Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez, y aseguró que era un “soldado sanguinario y feroz”. Asimismo, invitaba a los legisladores a deponer al presidente y convocar a los revolucionarios para elegir a un nuevo mandatario.

El contexto en que se da el asesinato de Madero, Pino Suárez y Belisario Domínguez, tiene semejanza con la realidad, lo único discordante es que hoy senadores y diputados le hacen la corte al presidencialismo y han tejido una alianza de facto entre ellos que se reparten el botín, como fue el caso de la reforma energética, que hoy se difumina como la otra, la educativa y la venta de la Comisión Federal de Electricidad, entre muchas razones históricas mediante las cuales se les puede acusar de traición a la patria, como Domínguez lo hizo contra Victoriano Huerta, el exterminador de pueblos en todo México.

Por eso suena extraño, muy extraño que la medalla Belisario Domínguez en este sexenio se le haya entregado a un empresario de dudosa reputación nacionalista, Alberto Bailleres González, dueño de Grupo Bal; esta aberración de óptica y de sentido común fue en noviembre del 2015. Este tipo de personajes no enaltecen la memoria de Belisario Domínguez, al contrario, la ensucian.

Por eso suena un más extraño que el Partido Acción Nacional ande de alcahuete para que la presea le sea entregada a Gonzalo Rivas Cámara, el personaje que perdió la vida durante los enfrentamientos en la Autopista del Sol que terminaron con la vida de dos estudiantes de Ayotzinapa. Esto es increíble, pero ya nada nos asombra.

Rivas Cámara, que laboraba como técnico especialista en software de las máquinas abastecedoras de combustible, falleció al intentar apagar el incendio de una bomba de gasolina previamente encendida por “dos hombres vestidos de rojo, que salieron con cubos llenos de combustible de las filas de policiacas federales y estatales, y que una vez cometido el hecho, regresaron por el mismo lugar en sentido contrario a la avanzada de los estudiantes de Ayotzinapa”. Esto está documentado por expertos y testigos.

El espíritu de la Belisario no encaja para nada en el “acto de valor” del señor Rivas Cámara. Si todavía no se sabe quiénes mataron a los jóvenes estudiantes, ¿cómo la fracción panista pretende entregarle la medalla a un fantasma legal?

El declive de la medalla se da en momentos difíciles de la nación.

Porque para empezar, no se apega al protocolo establecido cuando fue constituida. Hoy se ha convertido en una cuota más partidista y los senadores se reparten las designaciones como si fueran chicharrones y no una presea simbólica del hombre que luchó contra un dictador como Huerta, y le costó la muerte siendo senador de la incipiente República.

Se supone que para ser candidato a la “Belisario Domínguez”, “se lleva a cabo convocatoria y se solicita a las instancias legislativas federales y locales, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a las dependencias y entidades de la administración pública federal, a las asociaciones y partidos políticos nacionales, a las instituciones de educación superior del país, a las organizaciones de empresarios e investigadores, a los medios de comunicación y a la ciudadanía en general, proponer candidatos dignos de tal distinción. Corresponde al pleno de la Cámara de Senadores tomar la decisión definitiva después de que la Comisión Medalla Belisario Domínguez elabora su dictamen, previo estudio y discusión de los méritos de los candidatos propuestos”.

El erosionado piso de la República hasta en esto se nota, ya no sólo es el escándalo mayúsculo de la defraudación a fondos federales de Duarte de Ochoa en Veracruz, acciones ilícitas que a todas luces tiene cómplices en las instancias de procuración de justicia y de la Auditoria Superior de la Federación, porque pulverizar recursos federales superior a los 35 mil millones de pesos en tan solo en un ejercicio fiscal del 2015, a “wevo” que la federación lo sabía y lo encubrió. ¿Qué viene, le van a quitar lo robado, a detener o es una pieza clave para que el PRI no pierda la Presidencia en el 2018?

 

Anda volando bajo

 

El imberbe Ricardo Anaya, alias “El Cerillo”, porque derrite la cera, el “Señor de los Vuelos” porque no se baja de la nube con gastos directos al erario público, y presidente del PAN, fue ventaneado quizá desde Los Pinos. El Cisen en mancuerna con el PAN de Calderón y Margarita Zavala, le sacaron sus trapitos al sol. Con un salario de 46 mil pesos mensuales como presidente de PAN, viaja cada ocho días a Atlanta, mantiene una casa en un sector de lujo en esa ciudad gringa, paga la colegiatura de sus hijos, jardinero, doméstica, chofer, alimentos, donde una simple soda cuesta lo que aquí la comida de un desempleado. ¿Cómo le hace esta joven promesa de la política mexicana para pagar todos sus gastos y desdeñar la educación que se imparte en México y su cultura? ¿Con los 46 mil pesos mensuales también cubre los gastos de su casa en la CdMx y algún terrenito, departamento que tenga en otros sitios menos pudorosos? Transando, simple, para los que conozcan la vida oscura de este pillo queretano.

No cabe duda, hermanos, conocidos, amigos y colados, México es el país de la transa, quieres dejar de ser pobre, métete de político. Esa es la línea delgada que separa a los verdaderos servidores públicos u hombres como Belisario Domínguez, del común de mujeres y hombres metidos a políticos. Anaya es una prueba. No solo los niños y niñas verdes, los cachorros del PRI, PRD; de Movimiento Ciudadano, PT, Morena, y los partidos que nazcan de aquí al 2018, que incluye a la cuña “zapatista”, cuyo líder moral, Galeano versus Marcos, se aparece en época electoral para impedir el voto o para canalizarlo hacia un sector de la población y dividir la votación para que ganen los mismos de siempre. Los acuerdos de San Andrés Larráinzar son letra muerta dear Marquitos Galeanus selvático, salvífico del estatus y creador de celebridades subtropicales, remember a la física de profesión, Cecilia Soto, candidata de Salinas por el Partido del Trabajo en 1994, año de la resurrección chiapaneca de Zapata. Su candidatura sólo sirvió para dividir el voto y favorecer al tricolor en una elección ya pactada y principio de la partidocracia que hoy pretende, por cuotas de poder,  otorgar la Medalla Belisario Domínguez a Gonzalo Rivas, o a Armando Manzanero que ya fue a la cámara, cantó a dúo con los desafinados legisladores: “Contigo aprendí que la corrupción tiene más de siete cuevas de Alí Babá y los 90 y seis ladrones legisladores…” que se afilan las uñas para recibir más y más dinero a cambio de su voto en contra del mismo México.

 

Aquí Chilpancingo

 

Los cambios a su gabinete anunciados por el gobernador Héctor Astudillo Flores, ¿están en línea?

Esta leve operación de limpieza, le permitirá al Ejecutivo meter el acelerador a fondo y arrancar los proyectos que tiene planeados para Guerrero, sin confrontarse con los grupos de presión, que desde el interior y exterior luchan por mantener cuotas de poder. Astudillo Flores tiene la sartén por el mango y una mística de servicio, no depredadora de los incipientes recursos que con los recortes le van achicar el panorama al gobierno de Guerrero.

¿Ya o todavía no?