* Huracán en Los Pinos

* Mar de fondo en Acapulco

 

Isaías Alanís

 

Si el estigma de la corrupción de ex gobernadores, secretarios de Estado, presidentes municipales, como aquel que “robaba poquito”, es innegable, está documentada y permitida por encima de la ley, este fenómeno de mar de fondo oloroso a podrido una vez salido de las cloacas del sistema, alcanzó también a la pareja presidencial con el descubrimiento de la Casa Blanca. Donde hay un conflicto de intereses que a pesar de haber sido, primero exonerados por el ex secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, en la nata social el llamado “conflicto de intereses”, huele a una enorme corrupción que brota como el agua de las intensas lluvias de una alcantarilla de la casa presidencial y sus empresarios cercanos.

En paralelo, el huracán en Los Pinos, que se difuminó en tormentas tropicales llamadas Chong, Ruiz Esparza, Videgaray, Nuño, y bajo una lluvia torrencial las reformas estructurales fueron derrumbadas como la educativa, y todavía con la resaca de las pasadas elecciones los tiempos borrascosos vuelven a encandilar el nombre de la esposa del presidente, Angélica Rivera, gracias a una investigación del periódico The Guardian, que la involucra como inquilina de un departamento en Key Biscayne, en Miami, propiedad de la empresa Pierdant manejadora de puertos que pretende tener concesiones en puertos mexicanos. Este escándalo no tiene las dimensiones que la Casa Blanca, pero es un duro golpe al corazón de Los Pinos y que los meteorólogos de la política y medios han utilizado contra la pareja presidencial, desde dentro y fuera. ¿Qué los asesores del presidente no dimensionan el incalculable mal que le están haciendo al país? ¿Cuál es el objetivo al despellejar en vida a la Presidencia de la Republica y al presidencialismo obtuso?

Sobre todo teniendo como sustento la última encuesta del diario Reforma realizada del 4 al 7 de este mes.

“La aprobación al desempeño del jefe del Ejecutivo cayó siete puntos porcentuales en el último cuatrimestre, alcanzando solamente 23 por ciento, mientras el porcentaje de desaprobación fue de 74%. Más del 60 por ciento de la población percibe un deterioro en la seguridad pública y la economía del país, mientras que cerca del 70 por ciento considera que la pobreza y la violencia han aumentado en el último año, indica dicha encuesta…”.

Y con el enredo entre Ricardo Pierdant, Angélica Rivera y EPN, por los departamentos de Miami sacados a la luz por The Guardian, y que tienen antecedentes desde la campaña presidencial, se suma el malestar de los mexicanos conseguido en el confesionario de la encuesta de Reforma.

Un huracán es más que un punto en el mapa político que afecta al país. Es un disturbio atmosférico periférico que está subiendo la temperatura de la nación y no parece haber vientos que detengan el impacto del meteoro en el ánimo de los mexicanos.

Tal vez por esa la liviandad y el juego semántico y simbólico de la embajadora de EU en México, Roberta Jacobson, es letal para la clase política tal y como lo expresó con metáforas contrarias certeras: “Podrá dividirse la opinión entre las Águilas o las Chivas, las tortillas de maíz o las de harina, Santo o Blue Demon, Luis Miguel o Alejandro Fernández, senadores o diputados, pero hay un tema en el que todos están de acuerdo: ¡ya basta de corrupción!”.

MAR DE FONDO

No solo le cayó el chahuixtle a Acapulco con el repunte de la violencia que continua imparable. También el mar de fondo hizo de las suyas. Este fenómeno, según el diccionario náutico, es un oleaje que se propaga fuera de la zona donde se ha generado pudiendo llegar a lugares muy alejados. Se le llama, mar tendida o mar de leva. Las crestas de las olas son suaves pero muy grandes y tienden a salirse de su cauce normal con una fuerza demoledora. Se meten a tierra llevándose a su paso lo que encuentren sin pedir permiso, ni andarse por las ramas de las olas.

Y esto pasó recientemente en el puerto. Siendo afectados más de cien negocios: restaurantes y parianes. El gobernador Héctor Astudillo Flores dijo que planteó al subsecretario de Infraestructura de la SCT, Raúl Murrieta Cummings, y a la directora del Programa de Empleo Temporal, Virginia Colín, la posibilidad de emplear este programa con prestadores de servicios turísticos para apoyarlos mientras se normaliza su estado de indefensión laboral.

Por su parte, el alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez, afirmó que ante los daños por este fenómeno habría que solicitar una declaratoria de desastre para que se liberen recursos extraordinarios del Fonden para Acapulco.

Hay cuatro parianes con daños en la zona de playa desde Icacos a la Diana, también hay afectaciones en Playa Bonfil, Pie de la Cuesta, Puerto Marqués y la bahía de Acapulco. Se hace un censo de los daños y personal de Protección Civil y Bomberos hace recorridos en las playas desde la zona de Icacos hasta el Asta Bandera para prevenir a los turistas y lugareños para que tomen sus precauciones y no ingresen al mar.

Se espera que los tres niveles de gobierno van a aplicarse a trabajar para paliar los efectos del mar de fondo. Y para acabarla de amolar, las intensas lluvias han causado destrozos en algunas regiones del estado. En Zihuatanejo, se cayó el muelle que están construyendo y esto a ha alterado la movilidad en aquel destino de playa.

Y en gran parte del estado hay afectaciones, que van de menores a mayores.

Tláloc y Neptuno se enojaron con los acapulqueños. Ojalá todo vuelva a la normalidad, incluyendo un cese definitivo a la violencia no solo en el puerto, sino en todo el país y Guerrero.