David Alejandro Delgado Arroyo

 

Los sistemas electorales son los mecanismos mediante los cuales se traducen votos en cargos públicos. Nuestro sistema electoral desde 1977 tiene la característica de ser mixto, o también conocido como paralelo; porque combina los dos principales sistemas electorales que existen: el de mayoría relativa, también conocido como de pluralidad, y el de representación proporcional.

Hay una tentación constante por no tener límites a la gobernabilidad, por ello, de vez en vez, surgen argumentos a favor de desaparecer la representación proporcional, a través de listas en circunscripciones plurinominales, cuando este es el mejor sistema que traduce de manera más equilibrada votos en curules, ya que el de mayoría, en distritos uninominales, tiende a la sobrerrepresentación y a eliminar las minorías.

De hecho, la larga lucha por la construcción democrática tuvo como uno de los elementos centrales a la representación proporcional, que permitió construir un mejor pluralismo en el país, al institucionalizar las voces disidentes a través de espacios congresionales. Uno de sus primeros destellos fue la creación de los Diputados de Partido en 1963.

Lo cierto es que a nivel internacional, el sistema de Representación Proporcional es el más usado de entre los países del mundo, con un total de 84 países que representan el 35.8%, el segundo lugar es el de Mayoría Relativa con 62 países que utilizan este sistema, es decir, el 26.4%, en tanto que los sistemas paralelos como el nuestro es ocupado por 33 países, es decir el 14.1%; hay otros 7 países que tienen un sistema de representación proporcional personalizada que significan un 2.9%; de manera que si sumamos los porcentajes de los países que de una u otra forma utilizan el sistema de representación proporcional tenemos un 52.8%, es decir, la mayoría.

Países con el más alto índice de desarrollo humano como Finlandia o Noruega utilizan exclusivamente el sistema de representación proporcional, mientras que el sistema de Mayoría Relativa utilizado por Estados Unidos de Norteamérica, también es utilizado por países como Egipto o Bangladesh. Mención especial merece Bolivia, que tiene un sistema de representación proporcionalidad personalizada, mediante el cual busca construir una presencial multicultural más importante.

Quizá la mala fama que se le ha construido a la representación proporcional con discursos del tipo de que no se vota por ellos, cuando al momento de votar por mayoría relativa, automáticamente estamos votando por representación proporcional, ha hecho que no observemos con otra óptica las oportunidades que nos puede dar la representación proporcional si se legisla para elevar la calidad de las listas que elaboran los partidos políticos.

Ya tenemos en nuestras leyes electorales, la obligatoriedad a los partidos políticos de presentar listas alternadas para construir la paridad de género por la vía de representación proporcional, también en algunos Estados, como en Guerrero sirven para presentar una lista de candidatos a diputado migrante o binacional que para garantizar la paridad de género, el partido político deberá presentar una del género masculino u otra del género femenino; novedoso sistema que será implementado por vez primera en las futuras elecciones del 2018.

Pero hace falta desarrollar más las reglas de la Representación Proporcional, puesto que representan una ventana de oportunidad para acercar la traducción de candidaturas con paridad a la integración de congresos con paridad. Porque, si se reformara para dejar más libre la vía de mayoría relativa a la democracia interna con precandidaturas con paridad, podría lograrse que la Representación Proporcional compensara el déficit de género para alcanzar la paridad en la integración de los Congresos.

Pero además la elaboración de las listas de representación proporcional por parte de los partidos políticos podría tener reglas más focalizadas que construyeran, como en Bolivia, una mejor representación pluricultural de los pueblos originarios, e inclusive el acceso de un determinado porcentaje de jóvenes, o como sucederá en Guerrero a partir de 2018, para el diputado migrante.

La vía plurinominal es pues, un mejor camino para compensar las necesidades de representación que soberanía nacional requiera, por ello, no me ha parecido del todo aceptable la vía de Mayoría Relativa porque limita al electorado a determinadas condiciones de las opciones para votar.

Quizá solo valga remembrar que en la Convocatoria para un Congreso Extraordinario, a consecuencia del Movimiento Iniciado en San Luis Potosí el 14 de diciembre de 1845, se establecía la regla de que el Congreso se compondría de 38 diputados asignados a la propiedad rústica, urbana e industria agrícola; 20 diputados para el Comercio; 14 diputados a la minería; 14 diputados a la industria manufacturera; 14 a las profesiones literarias; 10 a las magistraturas; 10 a la administración pública; 20 al clero y 20 al ejército. Algo así como las cuotas para el Constituyente de la Ciudad de México; o ya en el extremo cuando se dice que el Congreso debería ser ocupado sólo por una profesión.