Pedro Patricio

 

Debido a un ataque de epilepsia, un carpintero originario del municipio de Tecoanapa pero con domicilio en la comunidad de El Súchil, perteneciente a Técpan de Galeana, perdió el control de sus movimientos y fue a caer a una sierra eléctrica con tan mala suerte que este objeto le destrozó parte del cráneo, lo que le hizo perecer al instante.

De acuerdo a la información policial de Técpan, alrededor de las 8:00 horas de ayer, recibieron una llamada telefónica de auxilio al 066, en donde les indicaban que en la comunidad de El Súchil, aun costado de la calle hacia la huerta en la Colonia Los Caballeros, estaba una persona muerta dentro de una carpintería.

Elementos de la Policía Ministerial, Estatal y Municipal, así como elementos del Ejército llegaron y encontraron el cadáver de quien en vida respondió al nombre de José Ángel Castro Rivera, de 32 años de edad, el cual estaba tirado sobre un charco de sangre, con una sábana que le cubría parte de su cuerpo encima de un madera, con una herida enorme en su cara que le desfiguró el rostro y quedó irreconocible.

Según testigos, se encontraba rajando madera de pino para hacer cajas, cuando le dio un ataque epiléptico (mismos que le ocurrían con regularidad), lo que lo hizo caer encima de frente al disco (sierra) que estaba en movimiento, el cual le destrozó parte de su cara y le provocó una muerte inmediata.

El lugar se llenó de chismosos y curiosos, quienes querían ver a como diera lugar el cuerpo del infortunado, pero elementos de la Policía Investigadora Ministerial del Estado (PIME) aseguraron la zona y evitaron que ingresaran.

De igual manera hicieron acto de presencia el agente auxiliar del Ministerio Público, el cual hizo sus diligencias correspondientes.

La gente que se encontraba en el lugar, después del accidente, no permitió que se levantara el cuerpo y fuera llevado a la Funeraria Sarabia, la cual actúa como Servicio Médico Forense, porque dicen que les cobran muy caro por sacar el cuerpo después de practicarle la necropsia de ley.

Debido a ello, los propios ciudadanos levantaron y trasladaron el cuerpo de esta infortunada persona en un carro particular hasta donde tenía su domicilio particular, con la finalidad de velarlo y darle sepultura.