Catedral de la Asunción

 

Por Chanssonier

 

La tradición oral manifiesta que Chilpancingo se fundó el primero de noviembre de 1591, habiéndolo llevado a cabo cuatro familias cuyos apellidos eran Leyva, Alarcón, Adame y Guevara; católicas todas ellas seguramente, al poco empezaron a construir una iglesia, bajo la advocación de Santa María de la Asunción; debió ser un lugar modesto, el cual entra a la historia en 1813 cuando el cura don José María Morelos y Pavón, lo escoge para llevar a cabo el Primer Congreso de Anáhuac.

Según crónicas al respecto se sabe que la iglesia estaba construida de adobe, con techo de teja; el atrio era utilizado como cementerio, el cual fue clausurado al entrar en vigor las Leyes de Reforma. Dentro del sacro recinto recibió sepultura el General Nicolás Bravo, héroe de nuestra independencia, quien reposó por algunos años en ese lugar, hasta que se le exhumó para trasladar sus despojos a la ciudad de México, reposando desde entonces en la columna de la independencia, donde yacen los principales caudillos de esa gesta libertaria.

El temblor ocurrido el 16 de enero de 1902 le causó graves daños a la sacra construcción, pensado que lo mejor sería demolerla para levantar un nuevo templo; sin embargo prevaleció el reedificarlo, colocándole macizas vigas de madera. Apenas se había terminado las obras de remozamiento, cuando otro fuerte sismo ocurrido la noche del 14 de abril de 1907, provocó se desplomara el templo recién reconstruido; este temblor también ocasionó que las capillas de San Mateo y San Francisco se vinieran a tierra. La Asunción quedó tan arruinada, que fue necesario levantarla desde sus cimientos, porque pared que no se cayó resultó altamente dañada, siendo necesaria su total demolición.

Después de ser evaluados los daños, se llegó a la conclusión que el templo debería ser derribado para levantar otro; debe apuntarse que este temblor dañó gravemente a toda la ciudad, dando cuenta la piqueta del 60 por ciento de las casas. Enseguida de la tragedia se integró un patronato, el que tuvo como único fin construir el nuevo templo; dicho patronato lo encabezó la señora Juana de la Garza, esposa del gobernador ingeniero Damián Flores. La revolución ocasionó que las obras se detuvieran, cuando apenas se habían terminado las paredes. Para que las lluvias no perjudicaran lo realizado, se le colocó de manera provisional un techo de lámina reforzada, el cual cubrió el lugar por muchos años.

El arribo del siempre bien recordado, canónigo Agustín M. Díaz Pacheco fue altamente benéfico; al poco de su llegada ordenó revisar columnas y paredes, para enseguida proseguir los trabajos, lo que estuvieron a cargo del maestro Miguel Leyva, en tanto la bóveda y las torres se ejecutaron de acuerdo a los planos, elaborados por el ingeniero Galo Soberón y Parra.

Los fuertes temblores ocurridos en 1957 y 1985, le ocasionaron daños a la torre derecha; posteriormente otros sismos también la dañaron con severidad. En 1991 la iglesia de Santa María de la Asunción, fue elevada al rango de catedral, con el nombre de Chilpancingo-Chilapa; el acto inaugural fue encabezado por el embajador de Vaticano en México Girolamo Pligrioni. Un exaltado chilapeño le preguntó por la determinación tomada, diciéndole de manera cortés “Chilapa es el ayer, Chilpancingo es hoy”.

El primer obispo de la diócesis combinada fue don Efrén Ramos Salazar, quien luego de encabezarla murió, estando sepultado en la catedral. En la actualidad el pastor del rebaño católico es el obispo Salvador Rangel Mendoza.

Como bien nacional que es, corresponde al Instituto Nacional de Antropología e Historia, su conservación.