* El fiscal Xavier Olea y sus frases domingueras

* Astudillo: a 100 días, el reto es gobernar bien

* Robespierre Robles, el magistrado carismático

 

 

POR JORGE VALDEZ REYCEN

 

– Oiga, ¿es cierto que los magistrados tienen un sueldo de 400 mil pesos mensuales? –se la suelto a uno que ya tiene “callo” y responde, orondo, pero rápido, con una expresión guerrerense.

-¡No mames! Eso es mentira. Estamos por debajo de la media nacional. ¡Ni a 100 mil pesos llegamos!

El diálogo se da al terminar de colocarse la primera piedra del edificio tres de la Ciudad Judicial. El secretario de Obras Públicas, Rafael Navarrete, ordenó descubrir las “zapatas” de la edificación, porque tenía dudas de quienes iniciaron la obra y la abandonaron en el frustrante gobierno anterior del “Royer” Ortega Martínez.

Jesús Martínez Garnelo, con un saco azul pastel, era visto ausente, con la mirada fija en un punto del horizonte, mientras Lambertina Galeana Marín, acusa el sobrepeso al momento de subir escaleras, pero no pierde su sonrisa franca. Otros magistrados eran sentados en la primera fila del estrado donde el gobernador Héctor Astudillo Flores dejó sentada la frase para los 100 Días: “el reto es la gobernabilidad”.

Instó a todos sus colaboradores “a apurar el paso” y a “redoblar esfuerzos” por alcanzar metas en materia de seguridad. Y dijo que la Policía Estatal Única “no es la varita mágica” para acabar con los problemas de seguridad. Advirtió que es inminente el arranque del nuevo Sistema de Justicia Penal y no debe sorprender a nadie.

Demorado, el Fiscal General del Estado, Xavier Ignacio Olea Peláez, llegó a mitad del discurso del magistrado presidente Robespierre Robles Hurtado. Fue una entrada elegante, pero el semblante endurecido del gobernador Astudillo lo dijo todo.

En Acapulco, al mediodía, Olea Peláez echó a retozar un poco la retórica y compuso una frase para la posteridad de la Fiscalía General: “Esta gente (los narcotraficantes) nacen como en maceta… se muere uno y nacen tres o cuatro”. Ya el remate fue más rebuscado por Don Xavier Ignacio: “hay que tomar una aspiradora y tragárselos”.

Lo cierto es que el fiscal Olea es quien ha salido al quite –el único, ¿eh?— para dar los pormenores de la serie de actos dantescos, reprobables, de homicidios masivos, irracionales como absurdos. Olea Peláez le ha hecho segunda al gobernador en este tema álgido y nada agradable.

Empero, quien acaparó las miradas fue el carismático Robespierre Robles, el presidente del Tribunal Superior de Justicia, quien ha hecho a un lado a su jefe de prensa para asumir él, con su teléfono, la difusión de su agenda, actividades públicas y privadas, vía redes sociales y en su “fan-page”, la página de Facebook activa que tiene. Quizá no le interesa tanto salir en periódicos, pero sí es fanático de las tecnologías de la información a través de las redes sociales.

Hubo “carnita” en la crónica. Desde el consabido “perdón” que medio pidió José Luis González “El Chocorrol”, hasta el magistrado que exclamó al estilo suriano lo que el vulgo dice de los sueldos que perciben altos servidores públicos del Poder Judicial.

De todo, como en botica, pero al estilo de escribirlo… SIN MEDIAS TINTAS.