La mejor temporada turística, un éxito de todos: Astudillo.— Buen servicio y escasas quejas de los consumidores por excesos de sufridos.— Cerró el año con muchos problemas, deudas y faltantes, pero logró superarlos
Enrique Vargas
La temporada turística de fin y principio del nuevo año fue una bocanada de oxígeno para un cuerpo que ya sentía la asfixia, pero que fue cuidadosamente atendido por el paramédico Héctor Astudillo, que le aplicó masaje cardiaco y respiración boca a boca.
Claro, contó con la ayuda de un buen equipo propio y prestado, por la acción de sus funcionarios del sector y la policía estatal, más el amplio apoyo de la Federación, con Policía Federal, Gendarmería, Ejército y Marina.
Es la imagen de un salvamento cuyos primeros auxilios fueron correcta y oportunamente aplicados, pero, claro, no es todo, ahora hay que llevar al paciente a un tratamiento de más largo plazo, para reducir paulatinamente los síntomas más preocupantes, que no es fácil erradicar, porque algunos se han enraizado como padecimientos crónicos, pero que si no se alivian totalmente, si se pueden menguar, controlar y atender, para que la calidad de vida mejore cabalmente.
Hay que ver que según el conteo oficial en unas tres semanas de vacaciones llegaron al estado 900 mil visitantes, casi un millón, una una cifra enorme, que afortunadamente dejó recursos a lo largo de su recorrido, algo así como 2 mil 500 millones de pesos, porque el gasto empieza en las casetas, ahora bastante más económicas, y en los paraderos que hay a lo largo del camino, como el poblado de Tres Marías, en el Estado de México y el restaurante de la buena cecina “4 Vientos”, para seguir hacia Iguala y Taxco, luego Chilpancingo, donde desafortunadamente se detienen muy poco y si acaso, en un par de restaurantes que están en el camino, uno a la entrada y otro casi a la salida, para seguir por Tierra Colorada y sus buenos comederos, luego “El 30”, por la carretera federal, y finamente el paradisiaco Acapulco, que es magnífico, siempre que no se intenten recorridos viales importantes.
Hace varias semanas, a principios de diciembre, el panorama era realmente preocupante, porque la violencia y las ejecuciones diarias crearon un ambiente ominoso, preocupante, pero a tiempo y con la amplitud necesaria, el mandatario estatal, HAF, hizo ver que esa desafortunada violencia no va contra la sociedad en general y mucho menos contra los turistas, sino que es un pleito por la plaza, que es todo Guerrero, entre los cárteles que quieren imponer su dominio y sólo ocasionalmente resultan afectadas otras personas.
Además, la presencia de las corporaciones estatales y especialmente las federales, que eran bastante evidentes en todo el recorrido carretero, ayudaron a dar confianza y seguridad a los visitantes, que con tal de llegar al puerto soportan con estoicismo las largas colas en las casetas de pago y las dificultades para entrar al puerto, pero la gente quería divertirse y realmente lo logró, porque a estas alturas todavía hay una buena cantidad de gente en Acapulco, Ixtapa-Zihuatanejo y Taxco de Alarcón.
Tanta fue la afluencia de visitantes, especialmente en Acapulco, que ya se estaba presentando una cierta escasez de gasolina en algunas de las estaciones de servicio más visitadas.
BUEN SERVICIO Y ESCASAS QUEJAS DE LOS CONSUMIDORES POR EXCESOS DE SUFRIDOS.— También resulta satisfactorio que las quejas de los turistas contra los prestadores de toda clase de servicios turísticos, fluyeron muy reducidas en número y por causas no importantes, lo que muestra que hay una buena conciencia en los hoteleros, restauranteros y otros negocios de comida, que no recurrieron a los abusos ni los excesos, porque también saben que dañar y agredir económicamente a los visitantes no es la mejor política para hacer que vuelvan una y otra vez.
CERRÓ EL AÑO CON MUCHOS PROBLEMAS, DEUDAS Y FALTANTES, PERO PUDO SUPERARLOS.— El gobierno de Héctor Astudillo está empezando realmente, porque cerró el año con toda clase de problemas heredados, especialmente los financieros, porque sólo encontró enormes faltantes y ausencia de recursos para cerrar el ejercicio fiscal en la etapa más complicada del año cuando hay que pagar salarios normales y adelantados, aguinaldos, bonos de fin de sexenio y para los jubilados y personas de la tercera edad.
Todo eso logró superarlo el gobernador Astudillo, con ayuda de su equipo, y cumplió con todos los trabajadores y los grupos demandantes, con la fortuna agregada de haber logrado que se diera la mejor temporada turística de muchos años.
Pero ahora viena la “cuesta de enero”, que siempre es difícil, porque tardan en llegar los recursos provenientes del gobierno federal y que son fundamentales para la buena marcha de la maquinaria oficial y de la atención a los grupos pobres y de escasos recursos que siempre están en la esperanza de contar con el gobierno para cubrir sus necesidades, pero hay que ser optimistas, aunque los problemas no habrán de desaparecer con el año viejo, pero hay una buena base, un buen arranque, que dejó un buen cimiento, para arrancar los trabajos que mantengan al estado en buenas condiciones, otorgando los elementos necesarios para que la sociedad no se detenga, para que los grupos más necesitados puedan tener la atención de sus necesidades básicas.
Sin embargo, como dijo Monterroso: “y cuándo desperté, el dinosaurio seguía ahí”.
El dinosario de la violencia, de la inseguridad, del narcotráfico que ha hecho de Guerrero una de sus plazas principales y que no habrá de soltar con facilidad y no solamente por la acción de la policía, los militares y marinos, que los contienen, pero que es casi imposible erradicarlos, porque en un sistema como el nuestro, se impon la ley de la oferta y la demanda. La demanda de los consumidores de drogas más allá de la frontera norte y la oferta que llevan los cárteles del país, que obtienen enormes ganancias.
LO IMPORTANTE ES QUE Guerrero con su nuevo gobierno pudo superar la difícil y complicada situación que recibió y ahora las expectativas son mucho mejores para mejorar y crecer, aunque los problemas ahí siguen, pero que poco a poco serán superados.
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