* Astudillo pide a gabinete expulsar “aviadores”

* Instruyó a Contraloría más energía y avances

* En Turismo, se rompieron récords de 12 años

 

JORGE VALDEZ REYCEN

 

Para que vean y oigan lo que se dice en una reunión de gabinete, el gobernador Héctor Astudillo Flores abrió las puertas de Casa Guerrero a la prensa.

En una pantalla gigante, con el apoyo de video y fotografías, Astudillo Flores evaluó el comportamiento de la actividad turística del fin de año, que en voz del titular de Sefotur, Ernesto Rodríguez Escalona, “se rompió el récord de turistas desde hace 12 años” y mostró imágenes de playas repletas y hospederías de gran turismo abarrotados al 100 por ciento de ocupación.

Era la primera vez, en muchos años, que un gobernador en funciones abría a los medios de comunicación las puertas de una reunión con el gabinete en pleno, en la cual Astudillo instruyó a todos los titulares la revisión de organigramas y la detección de “aviadores” en las nóminas, así como la recomposición de cada una de las áreas.

Al de Seguridad, sobre el mando único; a la de Sedesol, al de Educación… al de Salud le preguntó: “¿opera o no un centro de salud en Tixtla?” y Carlos de la Peña Pintos dijo que sí, a pesar de las críticas de que no hay médicos, ni medicinas.

La mayoría de los más de 30 altos funcionarios estaban muy tensos, cuando más de una veintena de reporteros y corresponsales entraron a la Sala de la República. Se rieron cuando Ernesto Rodríguez confundió la foto del show de Emmanuel y Mijares, en el hotel Princess, con la disco “Baby’O”. Y más festejaron cuando sí puso la foto del antro y señaló una esquina: “aquí estaba David Guzmán”. El aludido secretario de Planeación saltó en su silla y abrió los ojos negando todo.

El propio Ernesto Rodríguez hizo mención a actos de corrupción en la Administradora de Playas de Ixtapa-Zihuatanejo, donde el director incurrió en subarrendamiento de espacios a empresas privadas a cambio de dinero, por lo que pidió su cese inmediato y una auditoría. El propio gobernador Astudillo lo avaló e instruyó al contralor, Mario Ramos del Carmen, aplicar los correctivos necesarios, con energía y rapidez.

Reunión de gabinete que todos los lunes convoca Astudillo para evaluar las acciones de gobierno. No se tiene registro –desde que era gobernador José Francisco Ruiz Massieu— si otro mandatario las haya realizado. Lo que sí presumió, con modestia, Astudillo y sin alharaca.

El mensaje explícito era para los periodistas: que vean y oigan lo que hablo con los secretarios del gabinete y la forma de gobernar, en conjunto, interactuando y no en solitario, con ocurrencias.

Luego la entrevista “banquetera”, la del tropel, arrebatando las preguntas. Otros, aprovechando a uno que otro secretario en la declaración a vuelo de grabadora. Era el “break” o rompimiento del formal estilo de las reuniones de gabinete. Acompañados de café y galletas, viendo al vecino de enfrente cómo habla, explica y hasta “apantalla” a otros más callados, introvertidos y serios.

Astudillo despacha en Casa Guerrero. Ya los 175 venados no habitan el lugar, pues fueron trasladados a Unidades de Medio Ambiente (UMA’s) para su protección y conservación. La diferencia quedó marcada, en los hechos. La residencia oficial Casa Guerrero retorna paulatinamente a su habitual función de la que por ocurrencias torpes se pretendió, fallidamente, darle una connotación distorsionada ideológicamente, sin bases legales.

Astudillo ya enderezó la ruta.

No leemos mañana, SIN MEDIAS TINTAS.