NOÉ MONDRAGÓN

 

Crisis política y de liderazgos en el PRD

 

Es una división que ya se estaba incubando. Pero que no se esperaba, fuera tan aguda. Y más allá de la lectura política que pueda tener, revela ante todo una sola cosa: ausencia de liderazgo al interior de la fracción perredista en el Congreso local. Así, el diputado local oaxaqueño, Sebastián de la Rosa Peláez, careció del cabildeo político inteligente para motivar a todos sus compañeros, con el fin sacar una votación uniforme y unida durante la designación del titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), el pasado jueves. Y los diputados del grupo priísta liderado por el secretario de Operación Política del CEN del PRI, Manuel Añorve Baños, se los comieron. No hubo fuerza ni razonamiento que valiera, ante la literal imposición vía mayoriteo legislativo, de Xavier Olea Peláez, como titular de la FGE. Y de ahí se desprenden algunos escenarios posibles.

PRD: DOBLE ORFANDAD.- En el PRD no se advierten liderazgos sólidos. Por eso, la elección federal de julio de 2018, se anticipa catastrófica para ellos. La votación legislativa de su fracción en el Congreso local, así lo confirma. Y se lee desde distintas perspectivas: 1.- Por la defensa jurídica hecha durante su pasado como abogado litigante, de personajes oscuros y siniestros, Xavier Olea Peláez, estaba limitado moralmente para asumir como fiscal del Estado. A la mayoría priísta no le alcanzaban los votos de sus diputados. Ahí fue donde entró la operación política de Manuel Añorve, con sus once diputados locales. Y a pesar de que asume no haber recomendado “absolutamente a nadie”, su mano política se apreció con mucha claridad en la designación del fiscal. Y para que Olea Peláez no pasara, el PRD necesitaba que todos sus diputados votaran en contra. Pero ocho de ellos, sencillamente no se alinearon a los deseos de Sebastián de la Rosa y de su dirigencia nacional. Al final y nada más para vender la idea de ser oposición, Sebastián ganó votando en contra de la designación del fiscal tricolor. Pero perdió como líder de fracción. Y en esa coyuntura, ni siquiera el gobernador Héctor Astudillo, le tomó la llamada. Ni se quiso reunir con él. Porque ya sabe cómo se las gasta el polémico diputado local perredista. 2.- En el entramado electoral, las cosas parecen comenzar a definirse en el PRD. Por un lado, los hermanos Carlos y Crescencio Reyes Torres, lograron mayoritear a Sebastián de la Rosa. Lo debilitaron sustancialmente. Porque lograron aglutinar el voto de los diputados locales perredistas, Raymundo García Gutiérrez –de Democracia Social (DS), pero quien formó alianza con ellos-, Erika Alcaráz Sosa –de la naciente tribu Movimiento Acción Social (MAS), de Bernardo Ortega y Lázaro Mazón-; Coral Mendoza Falcón –de Nueva Mayoría (NM) del edil porteño Evodio Velázquez–; Eloísa Hernández Valle -del Grupo Jaguar (JG)-; y Silvia Romero Suárez, de la tribu Izquierda progresista de Guerrero (IPG) del ex gobernador Ángel Aguirre. Tanto Sebastián de la Rosa, como Carlos Reyes, aspiran a encumbrarse como candidatos a Senador por el PRD. Pero la coyuntura los lastimó a los dos. Al primero, por carecer de liderazgo. Y al segundo por utilizar el poco que tiene, pero en contra del PRD y de sus tribus. 3.- La división no solo fue entre perredistas, sino también entre priístas. El diputado local figueroísta, Cuauhtémoc Salgado Romero, advirtió previo a la votación, que “si el PRI se equivoca en la designación del Fiscal, tendrá que pagar el costo político”. Es decir, estaba claro que Javier Olea Peláez, nunca estuvo en el ánimo político del grupo Figueroa. Pero esa coyuntura tampoco fue explotada por el diputado perredista Sebastián de la Rosa, a fin de formar un bloque contrario desde dentro y fuera del PRI. Porque el papel de líder no se le da. Confirmándose así, que el PRD atraviesa por una doble orfandad: política y de liderazgos.

 

HOJEADAS DE PÁGINAS…Bajo las reservas de Ley, el edil perredista del municipio de Cocula, Erik Ulises Ramírez Crespo, fue liberado de su arraigo ordenado por la Seido. Y anunciará este miércoles, su eventual regreso como alcalde. Si es cierta su versión de que nada tiene que ver con la delincuencia organizada, lo debería hacer sin ningún tipo de protección. Porque los ojos de sus gobernados y de toda la opinión pública, están fijos en él.