¿Perdonados de antemano?

 

Felipe Victoria

 

Hasta donde la historia lo registra, a Israel Nogueda Otero no lo dejaron terminar su periodo porque el ingeniero topógrafo Rubén Figueroa Figueroa no lo tragaba y, le pidió de favorcito al presidente Luis Echeverría Álvarez que lo mandara tumbar pretextando unas cuentas que no le cuadraban.

Llegó como interino el abogado igualteco Xavier Olea Muñoz por un trimestre en 1975, fallecido el pasado 1 de diciembre en que cumplió 92 años.

Desde entonces ningún nuevo gobernante le había buscado ruido a sus antecesores por faltantes financieros que sexenio a sexenio los van arrastrando y crecen. Regla no escrita aquello de que “no hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti”, como dijo el filósofo chino conocido como Confucio.

En el Guerrero quebrado financieramente, saqueado y devastado que recibió el pasado 27 de octubre Héctor Antonio Astudillo Flores, flotan dos nombres en el ambiente, señalados como probables responsables de la crítica y angustiante situación actual.

La inseguridad la atribuyen a la desobediencia de Ángel Heladio Aguirre Rivero hacia las indicaciones de Miguel Ángel Osorio Chong, que le pidió formar nuevos policías de confianza y nunca estuvo de acuerdo con legalizar grupos clandestinos de rufianes disfrazados de “autodefensores armados”, donde algunos sicarios se infiltraban

Para los analistas oficiales era demasiado peligro poner poblaciones y caminos en manos de particulares empaliacatados, cuyo real objetivo era asumir el control del trasiego de drogas, exigiendo que se quitaran los retenes de policía federal, soldados y marinos, en un mal clon de lo que en Colombia instrumentaron las FARC con grupos de autodefensa al servicio de narcos como Pablo Escobar.

Escándalo en enero de 2013, cuando  esos  grupos de autodefensa secuestraron a  medio centenar de personas para someterlas a juicios primitivos disque por sus usos y costumbres indígenas.

Le instruyeron al entonces gobernador someter al orden a esos vigilantes no tan espontáneos, pero se amachó en la soberanía estatal y sus leyes locales.

El gobernador Aguirre Rivero transigió ante el capricho autóctono, teniendo la puntada de llevar al caudillo Bruno Plácido Valerio, otrora azote de la CFE en poblados de la Montaña, hasta las oficinas de Bucareli para entrevistarse con Osorio Chong, para quien no existían más razones valederas que lo estipulado en el artículo 17 de la Constitución Federal, que prohíbe a civiles tomar la justicia en sus manos.

Pero no todas las torpezas las cometió Aguirre Rivero personalmente, andaba tan atareado en el reposicionamiento turístico internacional de Acapulco y sus grandes obras, que no percibía lo que a sus espaldas, pero en su nombre, hacían los individuos de más confianza en su séquito cercano.

Hace justo cuatro años, el sábado 10 de diciembre de 2011, como lo escribí en el capítulo 15 de mi libro “Guerrero Emboscado”, tuve información privilegiada del complot que urdían contra Aguirre Rivero para el lunes 12 de diciembre, pero los ayudantes cercanísimos de Aguirre Rivero nunca quisieron  ponérmelo al teléfono por ningún motivo y exigían les informara a ellos el asunto. Eso era imposible por la delicada confidencialidad del momento.

La ruindad y deslealtad de quienes eran de más confianza para Ángel Aguirre lo metió en un problemón con lo sucedido en la gasolinera de Chilpancingo, cuando el heroísmo de Gonzalo Miguel Rivas Cámara, un ex marino de inteligencia comisionado en las estaciones de servicio, evitó una explosión mayor, cuantiosos daños y muchas muertes.

Habrá marchas por dos ayotzinapos, pero quién sabe si se acuerden del héroe de la gasolinera; así es la ingratitud.

Francotiradores revueltos entre policías federales, con certeros disparos calibre G3 liquidaron a los dos líderes de vándalos normalistas de Ayotzinapa, a quienes encomendaron provocar el incendio en la gasolinera aquel lunes guadalupano.

Los enemigos de Aguirre Rivero obtuvieron un pretexto y bandera para menearle el tapete, patrocinando movilizaciones para que cayera, pero Felipe Calderón fue prudente.

Después le montaron a los cetegistas protestando contra la reforma educativa, pero Aguirre era bien visto por el presidente Enrique Peña Nieto.

En enero de 2013, el surgimiento de esos grupos armados de autodefensa provocó el divorcio emocional con las secretarías de Gobernación y de la Defensa Nacional; Aguirre, quizá sin darse cuenta, favorecía la colombianización de Guerrero, pero la fiesta siguió en grande privilegiando al sector turístico y descuidando el campo en llamas, con un perredismo infiltrado hasta las entrañas por el narco, como se demostró en septiembre de 2014 con lo sucedido en Iguala, lo que le costó tener que salir del cargo.

Inseguridad parcialmente achacable contra Aguirre Rivero según mencionó Osorio Chong, pero resulta que el académico metido de interino denunció un descalabro financiero por 13 mil millones de pesos y quiso botar el arpa antes de tiempo; como no lo dejaron, se quedó como sustituto e hizo lo suyo con toda su caterva.

Héctor Astudillo Flores encontró un déficit financiero por 5 mil 500 millones más de lo denunciado por Rogelio Ortega. ¿Héctor Apreza Patrón averiguará junto con inteligencia financiera de Hacienda a cargo de Luis Videgaray Caso emprendiendo acciones en enero próximo?

Lástima por Ángel Aguirre que embelesado con el poder no se dio cuenta a tiempo que le jugaban las contras algunos en quienes más confiaba y ni su retirada dejó cubierta, ¿o se lo transaron de nuevo?