* El gobernador Héctor Astudillo y el comisionado de Seguridad, Renato Sales, estuvieron ayer en Ciudad Altamirano para relanzar la estrategia contra la inseguridad en esa región

 

* El 3 de diciembre de 2014, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, estuvo en Iguala para poner en marcha ese operativo, que no evitó que Guerrero se convirtiera en el estado más violento del país

 

FERNANDO HERNÁNDEZ / REDACCIÓN

 

CIUDAD ALTAMIRANO.— El gobernador dijo tener confianza de que el nuevo operativo de seguridad que puso en marcha este sábado el Gobierno federal en la región de la Tierra Caliente, disminuya los índices de violencia en esa zona del estado.

En breves declaraciones que hizo en Ciudad Altamirano al concluir el evento en el que estuvo acompañado del comisionado nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, y el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo Ceballos, el mandatario estatal precisó a los reporteros que “hay que esperar (que la estrategia de seguridad) funcione; si lo vemos con pesimismo ya empezamos mal, hay que verlo con optimismo”.

Astudillo Flores se refirió al ataque con un petardo que fue arrojado la noche del viernes a las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) y precisó que “fue un artefacto de material casero y si alguien lo aventó, pues de ese grado está el asunto” de la seguridad en el estado.

Señaló que debido a ello, “por eso hay que hacer lo que venimos a hacer”, reforzar la seguridad en las distintas zonas del estado.

A pregunta expresa sobre el desplazamiento forzado de miles de habitantes de las comunidades de la Sierra de San Miguel Totolapan, el gobernador señaló que espera “que todo lo que hoy se viene a relanzar, funcione, y funcione bien, hay que verlo con optimismo”.

Aseguró que “el Gobierno federal está haciendo su parte para poder intentar que los índices de delitos que se ven aquí, puedan disminuir”.

Por su parte, Sales Heredia aceptó que en Tierra Caliente “tenemos que fortalecer la presencia de la Policía Federal, precisamente en un ánimo de intensificar las labores de coordinación, no sólo con la Policía Federal y con el gobierno del estado, sino también con la Secretaría de la Defensa Nacional, con la Armada y con la propia Procuraduría General de la República (PGR)”.

Añadió que con el operativo “se trata de enviar un mensaje muy claro de que el Gobierno de la República pone atención precisamente en estos nueve municipios”.

El nuevo operativo de seguridad contempla la participación de los nueve alcaldes de municipio de la Tierra Caliente y según las autoridades esta nueva acción conjunta contará con la participación de 400 efectivos de corporaciones federales, 30 patrullas y 10 autos blindados para brindar seguridad a los habitantes de la región, informó el gobierno del estado.

Apenas hace unos días, el alcalde perredista de Pungarabato, Ambrosio Soto Duarte, habría sido amenazado por el crimen organizado, por lo que habría puesto su renuncia al cargo a disposición de la dirigencia del Partido de la Revolución Democrática, denunció la secretaria general Beatriz Mojica Morga.

Hace un año y dos días, el 3 de diciembre de 2014, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, estuvo en Iguala en compañía de los entonces gobernadores de Guerrero, Rogelio Ortega; y de Michoacán, Salvador Jara, así como los todavía mandatarios de Morelos, Graco Ramírez, y del Estado de México, Eruviel Ávila, para poner en marcha un operativo especial de seguridad denominado Tierra Caliente, que entre otras cosas incluía que las fuerzas federales se hicieran cargo de la seguridad en alrededor de 30 municipios de esos estados, sustituyendo a las policías municipales, porque supuestamente estaban infiltradas por organizaciones del crimen organizado.

En el evento, el titular de Segob dijo que se ampliaría la presencia de fuerzas federales en demarcaciones de alta criminalidad en la zona y se reforzarían las acciones contra los delitos de alto impacto, entre ellas el puerto de Acapulco, para mantenerlo como polo de desarrollo turístico.

A pesar de ese operativo, que suponía la presencia de unos 12 mil elementos de seguridad de las fuerzas federales, desde entonces a la fecha, Guerrero, y de manera particular Acapulco, se han convertido en los sitios más peligrosos del país, ubicándose en los primeros lugares de asesinatos dolosos.