* Estudiantes de Ayotzinapa y de otras normales del país robaron varios autobuses de pasajeros y una pipa cargada con 60 mil litros de combustible, en Tierras Prietas

 

* Después, antimotines estatales y federales los persiguieron por el libramiento de cuota a Tixtla y se enfrentaron con los jóvenes; hubo alrededor de 20 heridos de ambos bandos y 13 normalistas detenidos

SALVADOR BELLO

 

Más de dos decenas de heridos (entre estudiantes y policías) y 13 normalistas detenidos, fue el resultado de un operativo montado por policías estatales y federales sobre la carretera de cuota Chilpancingo-Tixtla que permitió la recuperación de una pipa cargada con 60 mil litros de combustible y ocho autobuses de pasajeros recuperados.

Los hechos ocurrieron minutos después de las 16:00 horas, luego de que normalistas de la Escuela Rural de Ayotzinapa y de otras normales del país instalaron un retén en Tierras Prietas, al norte de Chilpancingo, donde robaron varios autobuses de pasajeros y al menos una pipa de combustible de doble semirremolque propiedad de Javier Ibáñez.

Alrededor de 500 policías antimotines estatales y federales montaron un operativo para recuperar los vehículos, por lo que comenzaron a los normalistas por el libramiento de cuota, en donde se registraron al menos dos enfrentamientos entre policías estatales y normalistas.

En la carretera se pudieron apreciar, cerca del kilómetro 6, dos autobuses que quedaron con los cristales destrozados, piedras en el suelo, playeras y calzado de los manifestantes, botes de gas lacrimógeno, y unos kilómetros más adelante, otros dos autobuses en medio de un escenario similar, pero con trece estudiantes detenidos y otros siete que fueron trasladados en ambulancia al hospital, pues resultaron heridos durante el zafarrancho.

Los choferes de los cuatro autobuses Estrella de Oro, quienes no proporcionaron sus nombres por temor a sufrir represalias de los normalistas, relataron que fueron detenidos por los estudiantes, quienes los obligaron a bajar a las decenas de pasajeros que traían y los secuestraron en el punto conocido como Tierras Prietas.

Señalaron que con insultos y amenazas, los normalistas los obligaron a huir de los policías antimotines, con exceso de velocidad y poniendo en riesgo su vida y la de los mismos jóvenes, lo que desencadenó la persecución que terminó cuando los policías les cerraron el paso.

Relataron que entonces los normalistas rompieron algunos de los cristales del vehículo para escapar y en su huida, al menos uno de los cuatro choferes fue pisoteado por los manifestantes, y posteriormente uno de los policías antimotines estatales le dio un puñetazo en el rostro y le reclamó por no detenerse cuando se lo pidieron, a pesar de que iba amenazado por los estudiantes.

En un tercer punto, los policías federales recuperaron otros cuatro autobuses y una pipa de combustible de doble semiremolque, casi llegando a la caseta de cobro en Tixtla, pero en este lugar los normalistas abandonaron los vehículos sin resistirse y mejor se dieron a la fuga corriendo hacia el cerro.

Los cuatro choferes de estos vehículos expusieron que ellos se encontraban allí por órdenes de sus empresas, que son Estrella de Oro y Futura, pues revelaron que éstas tienen un convenio con los normalistas para proporcionarles cierta cantidad de autobuses con la condición de que los vayan cambiando después de cierto tiempo, para que les den mantenimiento.

Expusieron que la empresa Estrella de Oro les pide a los normalistas que roten los autobuses cada 5 días y Futura que los cambien cada 15 días, aunque lamentaron que no siempre cumplen estos tiempos y que a veces los cambian hasta un mes después.

Igualmente se quejaron de que los policías estatales los golpearon y que los federales los trataron de mejor manera, además de que expusieron que a sus autobuses les quitaron las llaves y el freno entre el desorden, por lo que dos de ellos se salieron de la carretera y quedaron atravesados.

A pesar de que lo que hicieron es un delito, los 13 normalistas detenidos durante el zafarrancho fueron entregados a la Comisión de Derechos Humanos (CODEHUM), donde los recibió el presidente de esta institución, Ramón Navarrete Magdaleno, quien tenía esperando ya a varios médicos para que valorarán el estado de salud de los jóvenes.

El ombudsman garantizó que la comisión a su cargo realizará lo que le corresponda en ese asunto y aclaró que los jóvenes no están en calidad de detenidos, sino que sólo fueron trasladados por los policías hasta ese lugar para que puedan retirarse por sus propios medios.

Minutos más tarde, llegaron estudiantes de diferentes normales a protestar afuera de las oficinas de la CODEHUM por estos hechos, que consideraron un acto se represión —a pesar de que lo que hicieron es considerado un delito—, y señalaron que eran al menos 130 los que viajaban en estos autobuses, calculando en ese momento que había alrededor de 100 estudiantes desaparecidos que pudieran andar en los cerros cerca del sitio donde ocurrieron los hechos.

Además llegó por parte del Centro de Derechos Humanos de Tlachinollan, Vidulfo Rosales Sierra, quien indicó que tienen un conteo de al menos 20 normalistas lesionados y 70 desaparecidos, así como 7 jóvenes puestos a disposición del Ministerio Público, aunque aceptó que toda esta información aún no era confirmada.