El “españolito” que no dejaron imponer
Felipe Victoria
Nadie tiene la vida comprada y ningún blindaje para políticos es suficientemente eficaz.
Al entonces presidente panista Felipe Calderón Hinojosa le pegaron donde más le dolería aquel 4 de noviembre de 2008, cuando murieron su amigazo “Iván”, Juan Camilo Mouriño Terrazo, José Luis Santiago Vasconcelos, personal de Gobernación y la tripulación del Lear Jet 45 matrícula XC-VMC, cuyo desplome en Reforma y Periférico, muy cerca de Los Pinos, jamás explicaron convincentemente las autoridades.
La sospecha popular fue que mandaron accidentar al “Delfín” de Calderón para la Presidencia en el 2012, ya fueran los cárteles o las mafias dentro del gabinete; así de grave el nefasto incidente.
Años después y también en accidente aéreo, moriría el 11 de noviembre de 2011 en Chalco, Francisco Blake Mora, el otro As que tuvo bajo la manga Felipe Calderón.
Desde entonces a muchos les da miedo ser secretario de Gobernación con aspiraciones presidenciales, como Miguel Ángel Osorio Chong.
¿Quién era Juan Camilo Mouriño Terrazo?
Me apoyo en datos del Internet: “Nació en Madrid, España, hijo de Carlos Mouriño Atanes —empresario español presidente del Real Club Celta de Vigo4 — y Ángeles Terrazo, mexicana hija de padres originarios de la localidad de Avión, Orense, por lo que contó a su nacimiento con las nacionalidades española y mexicana, esta última de acuerdo con el Artículo 30, Sección A, Fracción II de la Constitución,6 debiendo elegir una de las dos al cumplir 18 años de edad y eligió la nacionalidad mexicana”.
Licenciado en Economía en Tampa, Florida, y maestro en Contaduría con especialidad en Finanzas por la Universidad Autónoma de Campeche.
“Mouriño ocupó por primera vez un cargo de elección popular en 1997 como diputado del Congreso de Campeche. Posteriormente formó parte de la LVIII Legislatura del Congreso de la Unión de México, como diputado federal plurinominal de 2000 a 2003. Quiso la presidencia municipal de Campeche, pero fue derrotado. Después fue designado asesor del entonces secretario de Energía, Felipe Calderón Hinojosa. En 2004 Calderón designó a Mouriño como subsecretario de Electricidad. Cuando aquél anunció en 2005 su decisión de competir por la Presidencia de México, ambos renunciaron a sus respectivos cargos. Mouriño asumió entonces el cargo de coordinador general de la precampaña y luego de la campaña de Calderón, hasta que en marzo de 2005 cedió su lugar a Josefina Vázquez Mota para quedar como vicecoordinador”.
“Declarado Calderón presidente electo, Mouriño fue designado coordinador general del equipo de transición, luego el 1 de diciembre de 2006 jefe de la Oficina de la Presidencia; el 16 de enero de 2008, secretario de Gobernación en sustitución de Francisco Ramírez Acuña”
En febrero de 2008, Andrés Manuel López Obrador acusó a Mouriño de cometer tráfico de influencias al habérsele otorgado a empresas de su familia contratos de PEMEX, firmados en 2003 y 2004 por Juan Camilo Mouriño, como representante legal de la empresa de su familia –Grupo Energético del Sureste– siendo diputado federal, asesor y subsecuentemente subsecretario de Electricidad de la Secretaría de Energía en 2003 y 2004.
Nunca dejaron en paz a Mouriño Terrazo, “ni por españolito” ni porque su familia tuviera negocios relacionados con PEMEX; así era el encono a llegar a verlo como presidente panista de México a partir del 2012. Hubieran sido dos o tres “guapos” compitiendo por Los Pinos: Ebrard Casaubón Marcelo, Mouriño Terrazo Juan Camilo y Peña Nieto Enrique, pero el tabasqueño López Obrador iba a todas para ser postulado por el PRD y de esa terna se deshicieron de dos como fuera.
Juan Camilo visitaba Acapulco frecuentemente con sus parientes los Vázquez Raña, oficialmente estuvo de gira la última vez el jueves 31 de julio de 2008 en el Hotel Elcano, cuando le obsequié autografiado un ejemplar de mi libro “Solo los Muertos tienen Perdón”, en las barbas del alcalde Félix Salgado Macedonio y del entonces gobernador Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, cuando la obra estuvo proscrita en Guerrero.
El destino y los enemigos políticos no lo dejaron llegar a la candidatura panista, pero persiste la duda de que al que si querían asesinar era a José Luis Santiago Vasconcelos, que en unos días más relevaría a Eduardo Medina Mora en la PGR, o si mataron dos pájaros con una pedrada.
Siempre que hay muertes en las que se sospecha la autoría intelectual de gentes de la política y las mafias, se arman las cortinas de humo y la cadena de encubrimientos y verdades oficiales sospechosas, donde la única verdad son mentiras para entretener al pueblo, y sobran ejemplos.
Descansen en paz Juan Camilo Mouriño Terrazo y José Luis Santiago Vasconcelos; ni uno llegó a presidente ni otro a procurador General de la República, así es esto del imperio de la impunidad en México.
Del tremendo cochinero con el ayotzinapazo amapolero en Iguala no es de esperarse grandes noticias reveladoras, ya fueron trece meses de circo, maroma y teatro, sin que quieran atreverse a llegar al fondo del asunto, y eso de andar encontrando restos humanos en fosas clandestinas no es ninguna novedad en el Guerrero que le dejaron destrozado a Héctor Astudillo Flores.