* Con experiencia se solventarán boquetes financieros

* Son clave, Pano, Sandoval y Tulio en esas misiones

* Penurias presupuestales fueron “herencias malditas”

 

JORGE VALDEZ REYCEN

 

Mario Ramos del Carmen tiene el dulce en las manos

Por su escritorio pasarán los voluminosos expedientes técnicos o “libros blancos” de lo que un personaje de triste memoria en Guerrero, repitió hasta la saciedad que eran “las herencias malditas”.

Sí, pero corregidas y aumentadas por su séquito de inútiles, haraganes y pícaros bribones que en un año despilfarraron recursos y dejaron un tiradero presupuestal, traducido ahora en penurias y boquetes presupuestales multimillonarios.

No caer en lamentos y sobreponerse para dar un viraje vigoroso en el saneamiento de las finanzas, es la encomienda primaria del gobernador Héctor Astudillo Flores a quienes serán encargados del manejo financiero de Seguridad Pública (Daniel Pano Cruz), Educación (Ernesto Sandoval Cervantes) y Finanzas (Tulio Pérez Calvo).

Sin duda, la experiencia de muchos años en el sector público constituye la hoja de servicios de cada uno de los aludidos, como carta de presentación y responsabilidad para dar resultados a contrarreloj. No hay tiempo para distracciones, ni demoras, mucho menos para enderezar entuertos.

En Salud, con Juan Manuel Santamaría, al frente de las finanzas, se podría ilustrar el mayor de los quebrantos a los recursos tan sensibles, como son medicinas, vacunas y programas que por criminal apatía dejaron de llegar a miles de guerrerenses. La epidemia de chinkungunya es la más dañina y emblemática que explica en gran medida las torpes políticas públicas que el bribón ex secretario dejó pasar hasta tener estas condiciones que golpean la salud pública.

Lo mismo en Seguridad Pública, donde el arqueo arrojó cifras caóticas sobre el subejercicio presupuestal. En Educación, la misma historia… como en otras áreas sensibles.

Es un cascarón lo que dejaron a su paso la plaga de langostas que asoló a Guerrero en este último año fiscal, sin que haya todavía un señalamiento concreto y preciso del Contralor Ramos del Carmen, sobre quien pesa una responsabilidad como lápida de granito.

De allí saldrán observaciones y hasta inhabilitaciones para ex servidores públicos que seguramente incurrieron en responsabilidades derivadas de presuntos desvíos, hasta peculado o enriquecimiento ilícito con recursos públicos. De ese tamaño es el problema.

El gobernador Astudillo ha sido metódico en la confección del gabinete. Ha dado juego a todos los grupos, en el entendido de que enfrentan todo un asunto vital, crucial, para dar gobernabilidad y rescatar la confianza perdida por malos servidores improvisados en cargos que su torpe inexperiencia acabó por perjudicar a toda la imagen del gobierno.

Ese es el primer gran desafío: recuperar credibilidad y confianza. Y Mario Ramos del Carmen tiene un rol preponderante en ese crucial cargo que le fue encomendado. Por eso la expresión de que tiene el dulce en sus manos.

Si nos anclamos en las “herencias malditas” y toda suerte de ocurrentes declaraciones disuasivas, que francamente dan hueva, estaremos condenados a seguir en la mediocridad. El coyuquense debe legitimarse y no quedar como recomendado de su compadre en una chamba que le quedó grande, como a la yegua el cincho…. Nos leemos, SIN MEDIAS TINTAS.