Temas cotidianos

Por Félix J. López Romero

 

Astudillo Flores recibirá un gobierno marcado por violencia

 

A escasos días que Héctor Astudillo Flores, rinda la protesta como gobernador del estado, estafeta que le entregará en Acapulco su antecesor Rogelio Ortega Martínez, la entidad se encuentra sumida en un clima de violencia, la que lejos de aminorarse se agranda peligrosamente, porque el crimen organizado está prácticamente en todo el territorio, responsabilizando a diversos grupos criminales como autores de lo que ocurre; si a eso se le agrega la pobreza de alta parte de la población, esto es caldo de cultivo para que la delincuencia prolifere.

La intranquilidad que se viene dando, no es cosa que constituya una novedad; se viene arrastrando desde hace años, responsabilizando a la siembra y cosecha de enervantes, como el principal motivo de su auge, al que arrastra a los hombres del campo, que han mirado en esta peligrosa tarea, la manera de darse un mejor estilo de vida; de manera colateral, los homicidios, secuestros y otros delitos han proliferado, en tanto las autoridades parecen ser meras espectadoras de todo lo malo que está ocurriendo.

El recién pasado sábado un grupo de hombres armados, atacaron varios negocios comerciales en la costera Miguel Alemán en Acapulco. En uno de ellos se encontraba Astudillo Flores con su familia. En la refriega dos de sus escoltas resultaron heridos; si el ataque no era para él, ¿cómo es que salieron lesionados dos elementos de su equipo de seguridad?

Después de lo ocurrido Astudillo Flores debe abocarse, a reorganizar los cuerpos de seguridad pública, porque como se ha mirado no son garantía de un buen desempeño en sus labores. También habrá de requerir el apoyo del gobierno federal, que en este renglón ha actuado con tibieza, cuando se requieran fuertes órganos defensores de la sociedad.